El socialismo francés intenta cerrar filas

Hoy, en la ciudad de Nantes, durante un congreso nacional se pondrá en juego la «unanimidad» del. Partido Socialista Francés PSF), el más poderoso de Francia y, también, el más fuerte de la Unión de la Izquierda. En vísperas de unas elecciones legislativas que toda la opinión considera que pueden serie favorables a la oposición, esta reunión ha adquirido por anticipado una importancia extraordinaria.

El problema más arduo y urgente para el PSF de François Mitterrand consiste en restablecer la unidad de un partido en el que cohabitan con gran dificultad dos tendencias: la mayoritaria, dirigida por el líder de la izquierda, y la minoritaria, el Ceres (Centro de Estudios e Investigaciones Socialistas) que agrupa a una tercera parte de los efectivos controlada por Jean Pierre Chevenement.

En teoría, a juzgar por los propósitos manifestados por los dos dirigentes citados, cuando termine el congreso de Nantes, el domingo próximo, el, PSF debe conseguir, en el peor de los casos, un modus vivendi que le permita al señor Mitterrand, si llega al Poder, contar con la fuerza que sólo imprime la cohesión. La construcción europea, la autogestión y las nacionalizaciones son los temas que separan más seriamente al ala «derechista» y a la «izquierdista» del señor Chevenement.

Delegaciones del Este

La solemnidad del Congreso será subrayada por la presencia, no sólo de representantes de los partidos de la Internacional Socialista, sino también de los comunistas de la URSS, de Rumania, de Polonia y de Hungría. La delegación del PCF la dirigirá uno de sus principales dirigentes, Charles Fiterman. Con vistas a una eventual ampliación de la Unión de la Izquierda, los medios políticos parisienses anotan la presencia, en Nantes, del líder del Movimiento de los Demócratas, Michel Jobert, y de una representación de la Unión de los Gaullistas de Progreso, que agrupa a los llamados gaullistas de izquierdas.