Campeonatos de Europa: España, sin Ojeda, inadvertida

Los primeros Campeonatos de Europa senior celebrados con ocho categorías, supusieron entre los pasados días 13 y 15 una confirmación de la URSS como gran potencia del judo y la recuperación de Francia, cuyo trabajo en la élite ha dado frutos espléndidos esta temporada. Ambos países pueden acabar con la hegemonía de Japón en breve tiempo. Para España, la cita de Ludwigshafen resultó de una discreción total. Las ausencias de hombres fundamentales se notaron. Ojeda, que sigue en malas relaciones con la Federación, sí fue avisado a tiempo, pero sus pretensiones económicas impidieron su presencia.

Los soviéticos, que ya en Montreal arrebataron dos medallas de oro a los japoneses, sólo superaron en estos europeos a los galos al vencerles por un mínimo 4-3 en la competición de equipos, pues los dos consiguieron los mismos galardones individuales: tres medallas de oro, dos de plata y otra de bronce. Los Campeonatos del Mundo de Barcelona, en septiembre -21 al 24- tendrán por ello un interés inusitado.Por lo que se refiere al judo español, Gómez, Cardell, Murillo, Sanz Paz, Antonio, Matute, Soler y Oramas, a lo más que llegaron fue a ganar un combate, si es que lo lograron. En realidad no sorprende, pues las ausencias de los hombres que podían haber hecho algo a gran nivel recortaron las posibilidades. De Furtos, Juan Carlos Rodríguez y Ojeda se echaron de menos. Respecto a este último conviene aclarar que fue el propio campeón de España de los pesados y de todas categorías el que declaró a EL PAIS su no participación en estos campeonatos por no avisarle a tiempo. Aunque en su día se trató de saber la versión federativa, fue imposible conocerla por boca de las personas indicadas, ausentes.

La citada versión federativa, ya conocida ahora, deja claro y sin dudas, con documentos, que Ojeda sí fue avisado con tiempo suficiente. El problema que una vez más -ha sabido EL PAIS- planteó Ojeda fue, al parecer, el del dinero y unas disculpas vagas. El canario quiere unas elevadas compensaciones por dejar su casa, que la Federación no está dispuesta a concederle. Posiblemente es más caro que útil y lo curioso, del caso, aparte de que Ojeda, para las competiciones internacionales, siempre pone pretextos «caseros», es que ya no es ni mucho menos el que era, pero la penuria de pesos altos en España es tal que supera con diferencia al resto nacional. Su presencia en Ludwigshafen hubiese sido, desde luego, más beneficiosa, aunque a la postre tal vez igual de inútil.