Un hijo de Javier de Ybarra se entrevistó ayer con el ministro de la Gobernación

Cinco días después del secuestro del industrial vizcaíno Javier de Ybarra y Bergé a manos de un comando de ETA, rama político-militar, continúan sin producirse noticias en torno al mismo, después de que la organización, en un largo comunicado, se hiciese responsable del acto. Lo único destacable de la jornada de ayer fue un inesperado viaje del hijo mayor del secuestrado y portavoz de la familia, Juan Antonio de Ybarra, a Madrid, y el hallazgo por parte de la policía de uno de los coches que intervinieron en el secuestro,

Juan Antonio de Ybarra salió esta mañana de Bilbao en un vuelo regular de Iberia a las 8.10 de la mañana y regresó por la tarde después de entrevistarse con el ministro de la Gobernación y con expertos de la policía.

El hecho de que el señor Martín Villa haya recibido a Juan Antonio de Ybarra proporciona más argumentos a la teoría extendida cada vez con mayor fuerza, de que ETA se habría puesto en contacto privadamente con la familia con el fin de solucionar el secuestro con un fuerte rescate económico, a lo que la familia en un principio parece estar dispuesta. Si la mayoría de los secuestros llevados a cabo por ETA han tenido reivindicaciones políticas junto con rescates económicos, en esta ocasión la organización sólo podría exigir dinero (y no públicamente por ser medida impopular) al haber aceptado todos los presos el excarcelamiento con posterior extrañamiento, lo que en principio parece colmar las aspiraciones del pueblo vasco.

Juan Antonio de Ybarra, portavoz de la familia, nos negó que ésta haya entrado en contacto con ETA. Por otra parte, dentro de las pesquisas policiales y los rastreos llevados a cabo en las proximidades de Neguri, donde vive la familia Ybarra, la policía descubrió ayer uno de los dos coches que intervinieron en el secuestro: concretamente el Seat 124-D de color blanco y matrícula de Bl-6049-H que los secuestradores pretendieron hacer pasar por una ambulancia. Se sabe que el coche es de alquiler y que fue contratado en una agencia de Bilbao denominada Ital. El hallazgo fue efectuado en un camino forestal del monte de Archanda relativamente próximo a la casa de los Ybarra.