Denuncias contra la actuación del INP en la Clínica Primero de Octubre

Alberto Berguer, representante de los médicos adjuntos en la Junta Facultativa y en la mesa de hospitales en la Ciudad Sanitaria Primero de Octubre, firma una carta en la que la asamblea de médicos del mencionado hospital define su postura ante la decisión del INP de reducir la plantilla de anestesistas en ese centro.«Una vez más las autoridades del Instituto Nacional de Previsión, en su falta de previsión y organización, han diezmado en más del 50% la plantilla del servicio de anestesia de esta institución al incorporarlos inoportunamente al aún inoperante centro Ramón y Cajal, Piramidón.»

La carta explica que la deficiencia asistencial de que es objeto el Primero de Octubre hace que a partir del 31 de mayo sólo sea posible cubrir el servicio de urgencia y que, desde hoy hasta entonces, sea necesario reducir la asistencia quirurgica no urgente. «El actual problema no es más que un reflejo de la negligencia programada del INP que ha sido denunciada en múltiples ocasiones por los representantes de los diversos centros hospitalarios de Madrid, así como por el Colegio Oficial de Médicos. Los médicos de esta ciudad sanitaria, ante la actual situación, quieren declarar que las deficiencias y posibles repercusiones son responsabilidades que atañen únicamente a los organismos gestores de la sanidad estatal.»

También la mesa de hospitales del Colegio de Médicos denuncia en otro escrito la sectorización de la asistencia sanitaria de la provincia, publicada por el INP, «declinando en dicho organismo toda responsabilidad derivada de una deficiente asistencia. Como es habitual, dicha sectorización se realizó sin consultar a los organismos colegiados representativos de dicha actividad sanitaria».

Protestan los anestesistas

Los médicos que componen el servicio de anestesia-reanimación de la ciudad sanitaria Primero de Octubre, desmienten la noticia aparecida en un vespertino madrileño en el sentido de que se había producido una huelga en el servicio. «Al ser imposible prestar la asistencia que habitualmente se venía desarrollando por el trasvase de parte del servicio al centro Ramón y Cajal, se estableció, de acuerdo con la dirección y con los servicios quirúrgicos de esta ciudad sanitaria, un orden de preferencias asistenciales que cubrían la totalidad de las urgencias quirúrgicas así como la reanimación. Hasta tanto la administración no tome medidas para subsanar el déficit de plantilla, las deficiencias que se produzcan en el futuro en absoluto son imputables al rendimiento personal de los anestesistas.