El Centro hará una campaña moderada

Moderación en el lenguaje publicitario empleado y no respuesta al improperio constituyen las líneas maestras de la campaña electoral que está diseñando la Unión del Centro Democrático (UCD), según fuentes próximas a esta coalición. Sus principales líderes dedicaron ayer especial atención a este tema.Después de la cena celebrada el martes por la candidatura de la UCD en Madrid, en la que se conocieron entre sí muchos de los integrantes de la candidatura, el esfuerzo fundamental está dedicado a la preparación de la campana electoral, cuestión descuidada por la UCD, con motivo de los problemas surgidos en la preparación de las listas. En la cena citada, a la que finalmente no asistió Adolfo Suárez, presidente del Gobierno y candidato número uno de la coalición centrista, Leopoldo Calvo-Sotelo, número dos y coordinador de las listas, declaró cerrado el ciclo relacionado con la confección de las candidaturas, y anunció que la campaña electoral de la UCD estará presidida por el respeto a las demás fuerzas políticas, sin que tengan cabida los malos modos.

La UCD trabajó ayer intensamente en la preparación de la campaña publicitaria y el establecimiento del presupuesto de la misma. La responsabilidad de la campana recaerá sobre un comité ejecutivo, que tendrá su sede en un local que se habilitará en la calle Serrano.

Por otra parte, según las indicaciones que se cursaron ayer a la empresa publicitaria que se encargará de realizar la campaña, el lenguaje que se empleará será coloquial y de la máxima sencillez, así como políticamente moderado. «No será una campaña agresiva», aseguraron a EL PAIS. Esta estrategia puede facilitar la comparecencia de candidatos que expresaron sus reservas a presentarse junto a los oficialistas.

La resaca de disensiones en la coalición centrista continuó ayer, aunque ya con mucha menor intensidad. En Barcelona se produjo cierta marejada a propósito de las declaraciones del número uno de la candidatura barcelonesa al Congreso, Carlos Sentís. Sus apreciaciones sobre que el Estatut de 1932 ya no lo reclaman ni los que antes lo pedían, originaron la actitud de José María Loperena, número ocho de la misma, y Glora Martí, número veinte, que exigieron que se aclarara el alcance de tal afirmación.

A preguntas de Cifra, el señor Sentís declaró que se habían tergiversado sus declaraciones, realizadas a título personal. Añadió que defiende el estatuto de 1932, aunque considera que es imposible adaptar aquel texto, del que lo que importa es su espíritu, ya que está formulado a partir de una constitución republicana.

Europa Press recoge de fuentes próximas a UCD la posible consecución por esta coalición de 150 escaños, distribuidos así: veinte para los socialdemócratas; treinta para los democristianos; treinta para miembros del Partido Popular, entre quince y veinte para los liberales; sesenta para los lla mados hombres del presidente, y el resto no lo definen todavía.