Mañana comienza la "cumbre" occidental

Con el propósito de participar de la cumbre económica occidental, que a partir de mañana reunirá en Londres a los dirigentes de los siete principales paises; industriales de Occidente, el presidente norteamericano llegó ayer a la capital británica en lo que constituye su primer viaje oficial al exterior. El próximo martes, tras la conferencia económica, Carter y sus colegas de Canadá, Japon, Francia, Italia, Gran Bretaña y Alemania Federal asistirán a una reunión de la Organización de Atlántico Norte (OTAN).

La ayuda a los países del Tercer Mundo, el problema energético y el comercio entre las potencias industriales serán los principales temás económicos que se abordarán en la cumbre, de Londres. Entre los temas políticos destacan el de la proliferación nuclear, que ha provocado recientemente fricciones entre Estados Unidos, Francia y Alemania Federal, el de los derechos humanos y el de los acuerdos de Helsinki, de 1975, cuya aplicación será objeto de un examen el próximo junio, en Belgrado, por parte de las 31 naciones signatarias del Este y del Oeste.Se da como seguro que Carter protagonizará la cumbre y expondrá a sus aliados del «mundo trilateral» las líneas maestras de la política económica y exterior de su Administración. La posición del presidente americano parece a su llegada a Londres, mucho más confortable que las de sus seis colegas de Japón, Canadá, Francia, Alemanía Federal, Italia y Gran Bretaña, algunos de los cuales tienen serías dificultades para permanecer en el poder, en el próximo futuro. Además, el presidente norteamericano aparece como el iniciador de una nueva política de su país, que ha causado inquietud entre sus aliados cuando no roces aparentes. Satisfacer la curiosidad de sus colegas será prácticamente la principal labor a desarrollar por Carter en la cumbre que se inicia mañana. Carter tendrá también en Londres su primer contacto con el presidente francés, Giscard d'Estaing; Andreotti y Schinidt. Con este último, las relacione s hasta hace poco eran bastante tensas, dado el apoyo que el canciller prestó a la campaña presidencial de Gerald Ford.

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