_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Faltan papeletas

La imprecisión de las normas sobre las urnas, cabinas, papeletas electorales, sobres y documentos para las elecciones del 15 de junio, contenidas en el decreto 876/1977, publicadas en el Boletín Oficial del pasado 29 de abril, podrían dar lugar a graves irregularidades en el acto de la votación.El capítulo más confuso, pese a su aparente claridad, es justamente el que se refiere a las papeletas electorales. Las normas dictadas hasta ahora previenen el tamaño, color, la necesidad de introducirlas en sobres diferenciados, con el mismo color dé la papeleta, para cada una de las dos cámaras y la necesidad de que los presidentes de las mesas reciban, al menos, doble número de papeletas y sobres del de electores en la correspondiente circunscripción.

Más información
Gil Robles acusa a Suárez de frivolidad

Hasta ahí todo parece correcto, pero el tema comienza a complicarse con las cabinas y con su utilización, que queda a voluntad de los electores.

Nada se ha dicho sobre si los partidos o coaliciones que concurran a las elecciones podrán editar sus propias papeletas, siempre que se ajusten al modelo oficial. En cualquier caso, el elector encontrará en las mesas respectivas las papeletas correspondientes. Puede tomar varias-de ellas e introducir los sobres que contengan sus candidaturas preferidas para el Congreso y el Senado.

Pero las cabinas electorales están provistas, de acuerdo con el modelo oficial, de 36 casilleros, donde previsiblemente -y aunque nada se especifica en las normas dictadas hasta ahora- el elector encontrará las papeletas correspondientes a las distintas candidaturas. Una vez dentro de la cabina, y con salvaguarda total del secreto del voto, puede coger las papeletas de su preferencia y salir luego para depositarlas en la urna, dentro de los sobres correspondientes.

El problema surge justamente, cuando un elector que se introduce en la cabina sustrae papeletas de la candidatura o candidaturas que no desea que se voten.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

El problema no es mera hipótesis ni mucho menos. Pudiera ocurrir que algún grupo o determinados individuos sin escrúpulos decidieran privar a sus conciudadanos de la posibilidad de votar a tal o cual candidatura enemiga. Si no existe un control riguroso a la salida de las cabinas -control que no está previsto y que demoraría considerablemente, las votaciones pudierab ocurrir perfectamente que en un colegio electoral se agotasen las papeletas de determinadas candidaturas.

A nivel de capitales de provincia está dentro de lo posible que un supuesto de esta naturaleza pudiera subsanarse, ya que los gobiernos civiles deben conservar remanentes de papeletas. En pueblos y, ciudades distintos de la capitalidad de los distritos sería prácticamente imposible.

El sistema portugués resulta, a estos efectos, mucho más práctico y seguro: el presidente de la mesa entrega al votante tantas papeletas como candidaturas se hayan presentado en el distrito. El elector se introduce en la cabina, elige la de su preferencia, destruye las restantes y regresa para introducir su voto en la urna.

Todavía es tiempo de rectificar esta situación. Bastarían unas normas complementarias que eliminasen un riesgo cierto y que utilizado con cierta eficacia por determinados grupos podría enturbiar seriamente el desarrollo de la jornada electoral.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_