El primer día de fiestas en Malasaña termina con la intervención de la policía
La primera jornada de las fiestas del barrio de Malasaña, convocadas por la asociación vecinal de la zona, finalizó entrada la madrugada del lunes con enfrentamientos protagonizados por una parte de los asistentes y miembros de la Policía Armada que, poco después de medianoche, acudieron a la plaza del Dos de Mayo.A lo largo de todo el festejo, convertido por una franja de los asistentes en una fiesta ácrata, se gritaron irónicas frases alusivas a la situación institucional y política, al tiempo que se repartían panfletos en los cuales se pedía la desaparicón de los centros de rehabilitación social, la despenalización del uso de las drogas, la ley de peligrosidad social y otros puntos. Algunas mujeres, jóvenes en su mayoría, gritaron que ellas tam bién eran adúlteras, condenaron públicamente una sociedad que tildaron de machista y se pronunciaron por el uso libre de anticonceptivos, el aborto libre y gratuito y otras peticiones, todas ellas públicamente expresadas.
Durante el festejo, la plaza del Dos de Mayo congregó algunos millares de personas que presenciaron cómo el programa inicial previsto se alteraba, para dar paso a manifestaciones espontáneas de algunos sectores de asistentes, entre los cuales corrió el vino en abundancia, lo mismo que algunas hierbas que se fumaban en pequeños corros. En otros grupos, jóvenes provistos de guitarras cantaban y sus canciones resultaban coreadas por los asistentes.
Mientras algunos grupos abuchearon las reivindicaciones del barrio, expuestas por miembros de la asociación vecinal, los mismos sectores que impidieron esta exposición se manifestaron partidarios de eslóganes y coletillas jocosas. Poco después de concluir la actuación de unos músicos contratados para el festejo, al tiempo que gran parte de los asistentes continuaba bailando pasodobles, sambas y sevillanas, un joven trepó por la estatua dedicada a los héroes del Dos de Mayo y ante las peticiones de grupos de asistentes se desnudó en público. Su actitud fue seguida inmediatamente por la de una joven, que trepó también hasta la estatua, y desde ella inició un extraño baile coincidente con su desprovisión de la ropa que llevaba, Una vez desnuda, un percance le hizo caer al suelo y sufrió la rotura de una muñeca, al precipitarse desde el monumento, con más de cuatro metros de altura.
A partir de entonces hizo su aparición la policía, que en repetidas ocasiones intentó desalojar la plaza, prolongándose las carreras y los empellones, además del lanzamiento de botes de humo y cascos de botellas, hasta, bien entrada la madrugada, incluso en plena plaza de Bilbao.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.