La CIOSL propugna un programa mundial de reconstrucción económica

Después de dos días de sesiones, hoy deberá quedar aprobado el proyecto de documento que la Confederación Internacional de Organizaciones de Sindicatos Libres (CIOSL) entregará a la Conferencia Internacional del Trabajo, bajo la denominación de «Carta de Desarrollo de la CIOSL».

Más de cien delegados sindicales de 45 países industrializados y en desarrollo (la UGT envió a un delegado), afiliados a la Confederación de Sindicatos Libres, seguían discutiendo ayer este documento que, por la naturaleza de los temas que aborda, exige de hecho a los Gobiernos una mayor participación de los sindicatos en la gestión económica y social de sus respectivos países.La CIOSL, que agrupa a más de cincuenta millones de trabajadores en todo el mundo, lanzará un llamamiento en el que pedirá un programa financiero y técnico de gran envergadura, que cubra al mundo entero y concerniente simultáneamente a los problemas de la produlcción, comercio y los sistemas monetarios.

Por primera vez en una conferencia sindical de esta envergadura se discuten detalles y se pone de relieve la necesidad de que los sindicatos y las organizaciones de trabajadores rurales participen activamente en los alineamientos de las políticas y procesos de desarrollo. Como punto prioritario de la CIOSL, pedirá a las Naciones Unidas, a través de los organismos pertinentes en que están represen tados todos los países del mundo, como la UNCTAD y el diálogo Norte-Sur, que se celebra en estos días en París, que las políticas de estímulo para el crecimiento económico y nuevas inversiones aseguren para el decenio el pleno empleo y la satisfacción de las necesidades básicas de la población, como una forma de desterrar la desnutrición y la pobreza con caracteres de miseria que afectan a gran parte de los países en desarrollo. En la carta de la CIOSL se hablará de una estructura «radicalmente nueva para las relaciones económicas internacionales», haciéndose mención de la importancla que reviste la formación de un fondo común de materias primas, que sirva de regulador de la oferta y de la demanda.

En este contexto, los sindicalistas reunidos en Ginebra se han comprometido a luchar para que se dicten normas aprobadas internacionalmente destinadas a crear un estricto mecanismo del control sobre las actividades de las empresas multinacionales.

Los representantes sindicales de los países industrializados (estuvieron ausentes los representantes sindicales de Estados Unidos), sostuvieron estáticamente que ellos no se niegan al incremento de las exportaciones de los países en desarrollo, sino que exigen de sus Gobiernos la adopción de una política activa de reestructuración industrial que proteja sus empleos reorientando el crecimiento con un sentido social, de manera que los productos importados no constituyan factor de cesantía.

Luis Carlos Croissier, delegado de la UGT a esta conferencia mundial de la CIOSL, puso de manifiesto, en el último punto del orden del día de la conferencia, relativo a los derechos sindicales, que «en España, pese a los programas alcanzados en el campo sindical y político, todavía no se ha logrado una situación de plena garantía de los derechos sindicales».