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Reportaje:

Madrid o el crecimiento desmesurado

Aunque las comparaciones son odiosas, según el dicho popular, se hace casi absolutamente imprescindible el comparar nuestro Madrid de hoy, gigantesco y desmesurado, en opinión de mucha gente, con el que gozaron nuestros bisabuelos, hace un siglo, para saber en qué medida el Madrid actual se ha visto superado a sí mismo, en lo que a medidas proporcionales se refiere. Muchos dirán que, si bien aquel Madrid era más tranquilo y era hasta posible ver pasar por debajo de la ventana de cada cual un rebaño de ovejas, no gozaba de las comodidades que tiene hoy. Sin embargo, y sin que sea tema de este informe, Madrid ha aumentado su infraestructura, pero ni mucho menos lo ha hecho en la proporción en que ha aumentado su población o la extensión territorial de su municipio.

Divisiones territoriales

Lo cierto es que Madrid siempre ha tenido ansias de gran capital. De acuerdo con esto, desde muy pronto se preocupó por estructurar la ciudad, por medio de una serie de divisiones territoriales encaminadas a hacer más fácil la labor burocrática de esa gran ciudad que quería ser.Hoy, Madrid se compone de veinte distritos municipales, algunos de ellos considerados dobles por el Ministerio de la Gobernación, a pesar de la petición en contrario del Ayuntamiento de Madrid, aunque en la mayoría existen dos presidentes para hacer posible el no andar con dobletes innecesarios. Sin embargo, la primera división de Madrid, allá por los tiempos de los Reyes Católicos, lo fue en doce parroquias, agrupadas en dos bandos. Después, Carlos III, en 1769, convirtió las parroquias en cuarteles, concretamente ocho, ampliados por Carlos IV a diez.

Pero, centrándonos a la división de Madrid hace un siglo, tal como hemos planteado la comparación, ésta es producto del trazado, en el año 1860, del Plan de Ensanche de Madrid, por Carlos María de Castro. Habida cuenta de que la división anterior se había quedado anticuada, Isabel II promulga una real orden por la que Madrid que da dividida en diez distritos -la primera vez que se utiliza tal denominación, manteniéndose en ellas las subdivisiones consistentes en veinte parroquias y cien barrios-. Esta división es, básicamente, la que sirvió para elaborar la actual de veinte distritos.

Por esta misma razón, sorprende la visión de futuro demostrada por los planificadores urbanísticos y administrativos de aquellos tiempos, ya que una división que ha venido a servir para una población de casi tres millones y medio de habitantes, fue calculada para la que, en aquel año de 1860, tenía la capital de España: 289.043.

Las modificaciones posteriores a la división territorial de la ciudad lo fueron a base de duplicar los distritos o modificar sus límites geográficos, sobre todo en función del crecimiento de la ciudad, fundamentalmente expresivo hacia el Este, tendencia que ya se denotaba cuando el nombre de uno de los antiguos distritos -Aduana- fue modificado para recibir el de Buenavista.

Política de anexiones

Pero los rígidos límites del término municipal, de Madrid se fueron quedando pequeños ya dentro de este siglo. Por ello, se empezaron a hacer necesarias las anexiones de más terreno, hasta entonces ocupado por otros municipios que pasaron a integrarse en la gran ciudad.Sin embargo, la primera de estas anexiones no fue de un municipio entero, sino solamente de una parte de él. Madrid precisaba de una gran cantidad de terreno para dar solución al problema que ya por entonces, 1910, se le planteaba: enterrar a sus muertos. El terreno necesario para el nuevo cementerio municipal fue aportado por el municipio de Vicálvaro: 4,645 kilómetros cuadrados.

Gracias a esta primera anexión, Madrid pasó a aumentar los límites de su término municipal por primera vez desde su fundación. Ahora ya contaba con 68.419 kilómetros cuadrados.

Sin embargo, la primera muestra de la política de anexiones que habría de seguir Madrid, para conseguir las zonas de desahogo que necesitaba, no llegó hasta el año 1948. En aquel año y en dos meses consecutivos, enero y febrero, Madrid se anexionó un total de 48,55 kilómetros cuadrados, en los que vivían un total de 138,945 personas.

La segunda tanda de anexiones fue el año 1950, con otros 153,68 kilómetros cuadrados. En este caso, la población que pasó a ser madrileña ascendía a 122.614 personas. Ya en 1950, pues el término municipal de Madrid medía 272,982 kilómetros cuadrados.

En 1951 hubo otro gran estirón en extensión y en población para Madrid. Fueron, en esta ocasión, 307,24 kilómetros cuadrados y 48.103 personas las que se anexionaron a Madrid. Por último, en 1954 se añadieron al término municipal madrileño los últimos 29,20 kilómetros cuadrados y las últimas 20.766 personas.

Siguiendo un sistema absolutamente distinto al utilizado en otras ciudades españolas -al estilo de Barcelona-, Chamartín de la Rosa, los Carabancheles, Canillas, Canillejas, Hortaleza, Barajas, Vallecas, El Pardo, Vicálvaro, Fuencarral, Aravaca y Villaverde pasaron, en el lapso de tiempo de seis años, a integrarse en el gran conglomerado urbano que se estaba formando: Madrid. Esta fue la forma en que Madrid alcanzó los 607,087 kilómetros cuadrados con que cuenta en la actualidad.

Población

Evidentemente, la población de Madrid no aumentó exclusivamente por el hecho de que se efectuara una amplia política de anexiones, sino por su propio crecimiento demográfico, aumentado por la reducción paulatina de los índices de mortalidad. La tasa de mortalidad en el año 1875, con una población total, al 31 de diciembre, de 360.673 habitantes se fijaba en un 42,64, por mil. Un siglo después, tal tasa, con una población de hecho de 3.228.057 habitantes, se elevaba sólo a 7,10 por mil.La progresión entre una fecha y otra fue, en todo momento, constante. Es ahora cuando se empieza a notar una cierta regresión. Madrid, al parecer, ya no es tan atractivo como lo fue en tiempos y lo que antes era normal -la inmigración-, ahora ha tomado el signo contrario -la emigración-, sobre todo hacia los municipios cercanos a la capital -Getafe, Alcorcón, Parla, Leganés...-, que permiten al semiemigrante tener a mano al gran monstruo de oportunidades de trabajo y de dinero.

Y hoy Madrid es la gran ciudad que siempre había tenido ansias de ser. Y, por supuesto, sufre las consecuencias. Hemos escogido un simple dato que demuestra lo grande que es ya Madrid, dejando a un lado su desordenado crecimiento urbanístico: en el año 1974, en Madrid murió una persona cada 61 horas, en cualquiera de los accidentes que se producían cada 64 minutos, con un promedio de un herido cada 65 minutos. Las razones no son todas. Pero lo cierto es que Madrid ya se nos ha hecho una ciudad demasiado grande, sin darnos cuenta.

La fuente de los datos proviene de la Sección de Estadística del Ayuntamiento de Madrid, Instituto Geogrático y Catastral y Comisión de Planeamiento y Coordinación del Arca Metropolitana de Madrid.

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