Londres: Suárez sigue siendo el foco de atención

«Las elecciones generales en España señalarán un paso histórico en el proceso del país hacia un sistema más democrático», señalaba ayer el Financial Times, de Londres. «El anuncio de la fecha de las elecciones subraya la determinación del Gobierno de continuar el camino marcado por el rey Juan Carlos y por el primer ministro Adolfo Suárez, a pesar de las dudas creadas por la actitud del Ejército durante los últimos días», dice el corresponsal del periódico en Madrid. En las actuales circunstancias, «el foco de atención sigue siendo Suárez».El «furor» que su decisión de legalizar al PCE ha creado a su alrededor ha conmocionado al primer ministro «y lo ha llevado a reconsiderar su estrategia personal», añade el corresponsal del diario, para quien es paradójica la situación en que quedan los partidos comunistas de las distintas regiones, que aún no han sido legalizados. «Suárez también tiene que reconsiderar su actitud con respecto a otros partidos regionales, porque los generales del Ejército ya le han advertido que se oponen a cualquier concesión que amenace la unidad de la nación».

Para, el Times, el PCE ha salido a la legalidad «con la voz suave de la reconciliación y como un partido mucho menos radical que antes». Simboliza ese nuevo espíritu su reconocimiento de la bandera española, dice el corresponsal del diario independiente, quien cuenta que a la vuelta de la rueda de prensa de Carrillo fue detenido por la policía, que le amenazó con porras cuando se identificó, y le privó de la documentación y de las notas que había recogido.

El Economist, la revista de centro-derecha, de gran influencia en este país, cuenta el caso del periodista belga que fue atacado en el País Vasco, y concluye diciendo que «la policía, una vez más, parecía estar haciendo todo lo que podía para desacreditar al Gobierno reformista español».

El comentario del Economist se incluye en su análisis de la legalización del PCE. «Legalización significa, sobre todo, normalización. Los comunistas perderán la aureola de la clandestinidad. Los partidos más a la izquierda ya se burlan de la prisa comunista por participar en el juego político de acuerdo con las leyes burguesas. El partido busca un crédito bancario para ayudar a la financiación de su campaña electoral.»