La selección española irá a Bucarest con demasiadas dudas
El encuentro del domingo en Aficante mostró-con claridad dos cosas: una, que Juanito es el gran descubrimiento del alicaído fútbol español en los últimos años y otra, que nuestro balompié a nivel de selección nacional, no podrájamás llegar a nada si no se dan las facili-, dades debidas tanto por parte federativa como por los clubs. En efecto, al margen ya del,resultado, algo anécdótico en un amistoso, la realidad cruda después del partido contra Hungría -y también del de Irlanda-, es que España, su selección, llegará al compromiso de Rumanía el próximo 16 de abril sin esquema claro de. pe 0, M,ndidocon alfileres y, lo que es más grave aún, sin algunosjugadores fijos con personalidad apropiada para resolver tan difícil papeleta. Habrían hecho falta más partidos de prepa.ración y conj unción.Ante los húngaros, España tuvo ciertas hechuras de equipo en la primera parte. La delantera, Juaníto. Satrústegui, Rojo I, quizá sea la mejor actualmenté, como ya quedó dicho el sábado. El apoyo de Churruca, además, no pudo iniciarse con más tono positivo cuando a los tres minutos Gudjar tuvo que hacer una gran parada y aliarse después con el poste derecho para salvar un tiro clásico del bilbaíno, que botó antes en el césped del áreaEl encuentro también tuvo calidad desde sus comienzos, porque Hungría resultó un equipo de respeto, con una . defensa muy firme y un centro. de caffipoen el que Pinter fue una verdadera máquina de juga ' r. Justamente'a1 ser el par de Churruca acabó agotándolo. Con Zombori otro «trotón», tuvo labor sobrada WIar,,que no pudo dedicarse a otra cosa. Nyilasi, en camb io,el de más clase, fue el ideal para Del Bosque, por su lentitud. De ahí, que el dominio general de la parcela fuera repartido, aunque a partir de los Í . iutos, laquince mir superior brega húngara tomó el mando.La- enseñanza para el partido con Rumanía, pues, fue bien clara: salvo Churruca, por su disparo y su desdoblamiento atacante, ni Villar ni quizá Del Bosque parecen hombres indicados. Kubala debe buscarjugadores más «sufridog», porque la clase y el buen momentocomprobado de Del Bosque, por ejemplo, puede ser una vía de agua en Bucarest. De mantenerle, Villar debería ser excluido. Otra de las consecuencias del partido contra Hungría fue que Juanito necesita un lanzador especial para su clase y de no haber sido por Del Bosque e incluso Rojo, en la primera parte, se habría quedado inédito. A los catorce minutos, un gran pase del madridista le permitió una preciosa jugada con centro que remató fuera por poco Satrústegui. A los 32, Rojo, le elevó un balón magníficamente y el burgalés, habílísimo. nuso a difícil nritfhn AGudjar.Comose-, precia,el ala Del Bosque-Rejo, un ala sólo teórica -por las características de ambos, fue la que funcionó.En cuanto a la defénsa, que tantomiedo provocaba en un principio,
al ser casi completa rnadridista,
realmente es -la que menos proble
mas planteó. Benito, centro de to
das las miradas, cumpli ' ó de sobra y
con vistas a1a dureza rumana pa
rece un hombre fijo. Camacho
anuló completamente a Fazekas en
la . primera mitad y Lajos'Bar.otti
tuvo que cambiar al veterano capi
tán al centro,, en la segunda, para
que pudiera tocar algún balón. Preci
samente, él cambio táctico de
Puzstai -que pasó al lado dere
cho- por Kovacs le salió perfecto,
pues al estar sin fijar su marcaje
pudo remátar imparablemente el
.gol húngaro. Arconada quedó líni
pio de'culpas y probó después que
es un dignísimo suplente de Miguel
Angel.
A propósito de cambios, no r ' e
sultaron bien los de la selección en
la segunda parte. Fueron demasia~
dos, aunque se probara el posible
4-4-2 de Buca rest. Solsona estuvo
demasiado remiso y sin sitio, y
Marañón desasistido. Fue una
lástima que otro centro de Juanito
lo peinara Balint y el cabezazo del
españolista, ya impreciso, saliera
al ' to. En realidad, ya no había
equipo en esos momentos, pues
Churruca erraba agotado y Pinter
se bastaba para dominar el centro
-del Campo. Solsona tampoco leEl ejemplo del golespañol fue la última de las enseñanzas de un partido que sirvió, sobre todo, para pedir a gritos bastantes más para .esquernatizar la selección. En efecto, vino producto de una jugada totalmente individual de Juanito,. servido por Marañón, ambos solos por completo. Salió bien, pero fue una casualidad, aparte de la clase confirmada del pequeño extremo ya madridista. Para realizarjugadas así, para engarzar perfecta-, mente unas líneas sin fisuras ante .un enemigo de entidad, no basta con verse dos semanas al año y j ugar dos partidos juntos. Lo mismo que en los clubs se repiten- las acciones hasta la saciedad y nunca con garantías de salir bien, en la selección, aun contando con la mejor calidad de los hombres que llegan a ella, debe ocurrir lo mismo. Eso de que Hungría haya jugado nueve partidos en América antes de hacerlo en el Rico Pérez, suena bien, pero aquí, lo mismo que se echan las culpas de los fracasos deportivos a cualquier cosa menos a la realidad de no poner los medios para remediarlo, se ha olvidado ya... porque interesa olvidarlo. Espana es diferente.
Mientras no haya más tiempo para preparar una selección, que no se pidan milagros. La Federación, que forma una liga con más clubs cada vez y, naturalmente, no dispone de fechas libres, y los clubs, que han pagado y pagan demasiado a susjugadores como para perderlos, tienen la palabra' Con el
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