Una gran verdad
Areilza no se anduvo por las ramas. Convencido plenamente de su afirmación, y como portador también de muchos conciudadanos honrados, expuso, en Plasencia, el pasado día 27 de febrero, con ocasión del acto de clausura del I Congreso Regional de su partido, lo siguiente: «En todos los niveles de la Administración pública existe la corrupción, el soborno, la arbitrariedad, el nepotismo y un mundo gigantesco de inmoralidad.»Si ello, como supongo, obedece a una convicción de hecho sobre los males en los que está inmersa nuestra sociedad, no cabe la menor duda de que su pensamiento y acción futura responden a unos principios cristianos no compartidos por otros quienes, aunque en ocasiones pretendan decir lo mismo, por no responder sus conductas a sus dichos con el más descarado teatro, sus voces quedan apagadas y frenadas en sus propias gargantas por los torbellinos que crean sus paredes anquilosadas, deformes y recónditas, como consecuencia de su mala conformación por sus propios desvaríos y labor proselitista en favor exclusivo de su medro y provecho personales.
Areilza hay solo uno, pero existen también algunos otros muchos españoles honestos que, por permanecer en silencio vergonzante no se oyen como debieran oírse pues con sus voces podríaaápagarse al menos el griterío de los más, que prometen lo que saben no cumplirán nunca y hacen también alardes falsos de virtudes y principios que nunca tampoco practica ron cuando tuvieron en su día, e deber y la ocasión de realizarlos.
Enhorabuena, Areilza. Que tu ejemplo cunda y que, con el es fuerzo de algunos, vayamos conociendo a los falsos profetas, fariseos e hipócritas... tan populares ahora.
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