Argentina defraudó en el primer partido
La selección argentina ha pasado a la final del Torneo Aniversario del Real Madrid, con más pena que gloria. Venció a la selección del Irán en, el lanzamiento de penalties, ya que a lo largo de los noventa minutos no demostró ninguna superioridad sobre su rival, si exceptuamos en el terreno, técnico. Defraudó, aburrió y sólo las ganas y el coraje de los persas distrajeron al escaso público que presenció el encuentro.Los argentinos, con un conjunto quizá inferior al que pudiera hacerse con los jugadores que habitualmente se alinean en equipos españoles, mostraron las característícas de su fútbol: lentitud e indolencia, tapadas un poco por la gran técnica de todos sus hombres. Los nuevos valores tendrán que demostrar que lo son ante el otro finalista, porque ayer corrieron lo mínimo y sólo se pudo apreciar buenas maneras en Villa, Luque y Bertoni Hnuseman y Gatti fueron los únicos que a estas alturas ya poco tienen que demostrar.
La indolencia en el medio campo argentino propició que los persas, jaleados por el público, dominaran por completo el partido. Estos no mostraron más virtudes que las que pueda tener cualquier equipo norteño de España, y de baja, categoría: fuerza y corazón para suplir la falta de técnica. Pero esto fue suficiente para sacudirse la supuesta superioridad argentina, que mantenía la mínima diferencia en el marcador a base de anticiparse a los delanteros contrarios en los últimos metros.
En la segunda mitad persistieron las mismas características. de la primera, pero acentuándose de manera gradual el dominio de la selección de Irán. Sus jugadores fueron adquiriendo confianza sobre el terreno y llegaron a inquietar a Gatti en más de una ocasión. El gol del empate llegó como fruta madura. En el lanzamiento de penalties, la técnica argentina fue decisiva ante la fuerza persa, pero los aplausos finales, al igual que en el partido, se los llevó esta exótica y primitiva selección.
