En Bulgaria hacen deporte uno de cada diez habitantes
Dentro de cuatro años, en 1981, Bulgaria cumplirá su 1300 aniversario. Su nombre y su nacimiento como Estado se debieron al pueblo mongólico de los búlgaros que en el siglo VII (año 681 d. J. C.) invadió el territorio, antigua Mesia de los romanos, y se impuso a las tribus eslavas que lo habitaban, absorbiendo su lengua así como sus caracteres étnicos y las actividades agrícolas y de pastoreo. Tras un tiempo de independencia vendrían las dominaciones bizantina y turca, esta última extendida hasta 1878. Posteriormente, perdida la influencia alemana en 1944, dos años después un plebiscito dio lugar a la proclamación de la República, gobernada por los comunistas y en plena órbita de la URSS. La presencia soviética en Bulgaria -como anteriormente rusa- es enorme, con monumentos y edificios por doquier, que recuerdan su influencia de muchos años.Quizá por eso, en un dato ya puramente deportivo, ha resultado curioso que en un deporte concreto y minoritario como la halterofilia, Bulgaria haya sido el país socialista que ha preseentado más dura batalla a la URSS en los últimos tiempos. En efecto, este pequeño país, con poco más de 100.000 kilómetros cuadrados de extensión y ocho millones de habitantes, se permitió el lujo de derrotar con una élite sacada casi de laboratorio y de sólo 5.000 practicantes, al gigante soviético.
M. Antonov, uno de los vicepresidentes de la Unión Búlgara de la Cultura Física y el Deporte, dio, en la mañana del mismo día que se jugó el partido de ida Levski-Atlético de Madrid, tres razones para ese éxito: a) las cualidades físicas del hombre búlgaro, idóneas para el levantamiento de pesos, han hecho que muchos jóvenes practiquen la modalidad. b) Un sistema específicamente propio para la preparación estudios completísimos en técnica y medicina deportiva-. c) La presencia de un gran entrenador, Iván Abadjiev. Así de simple.
El mayor ejemplo, sin embargo -aun con las características tan distintas dé régimen político, de mentalidad y de vida que en este caso se puede sacar del deporte búlgaro-, no viene de los éxitos a escala de élite. Básicamente reside en su organización, por su sistema centralizado y unificado y, sobre todo, naturalmente, por su atención especialísima al deporte de masa, con lo que ello supone de concienciación deportiva en el pueblo.
El Comité de la Juventud y el Deporte, dependiente del Consejo de Ministros, agrupa la actividad de las cuatro uniones u órganos en los que se subdivide: la citada Unión Búlgara de la Cultura Física y el Deporte, máximo exponente; la del Turismo, la del Automovilismo y la Dimitroviana -Georgi Dimitrov fue el pfimer presidente de la nueva República- de la Juventud, amén de las secciones deportivas de los sindicatos.
Cinco "spartakiadas"
La práctica deportiva se hace en Bulgaria según un sistema unificado que parte de la escuela maternal, a la edad de tres o cuatro años. En todo el país, 800.000 atletas practican deporte oficialmente, lo que significa uno por cada diez habitantes. En cuanto a las típicas spartakiadas de los países socialistas, también en Bulgaria mueven cantidades impresionantes de deportistas. Duran por lo menos dos años dado el volumen de competidores existentes, y en el presente año se inicia la quinta, que finalizará en 1979 tras movilizar tres millones de practicantes en las fases sucesivas: ciudades, regionales -Bulgaria tiene 28 regiones administrativas y deportivas- y la final. No existe límite de edad para tomar parte en ellas en seis categorías distintas: infantiles, juveniles, seniors, veteranos, militares y estudiantes. En la I (1958-59) participaron 1.800.000 atletas; 2.600.000 en la II (1963-64) y también más de dos millones en las III1 (1965-9) y IV (1970-74).Otro apartado importante del deporte en Bulgaria es su atención a la medicina deportiva. Existe en Sofia un Centro Especial, dependiente del Ministerio de la Salud Pública, y que trabaja en contacto directo con las Uniones desde hace diez años. Ciento cincuenta médicos se han especializado en ese campo y han ayudado decisivamente en algunos casos específicos a las mejoras en los deportes-laboratorio a imagen y semejanza de la RDA. Por otra parte, del INEF de Sofía salen, tras cinco años de estudios, entrenadores para los distintos equipos nacionales y profesores para el deporte de masa. A fin de cuentas, por iniciativa de la Unión Dimitroviana de la juventud comunista se creó, por ejemplo, el complejo deportivo Rodina para estimular a los jóvenes a la práctica del deporte y en particular de los básicos: atletismo, natación y gimnasia. En resumen, no se trata tanto de sacar figuras de la cantera -los éxitos internacionales búlgaros no han sido nunca excesivos salvo en lucha, halterofilia, baloncesto, voleibol o atletismo- como de crear la base de una futura inquietud continua por el deporte y la educación fisica.
Como en todos los países de la órbita socialista, la preocupación por la actividad física es constante. Nadie duda de que se utiliza como propaganda política a nivel de élite, pero su utilización en principio, como complemento de la actividad intelectual del individuo, resulta perfecta y una preocupación a imitar. Un año después de la revolución socialista en Bulgaria, por ejemplo, fue promulgada una ley sobre la vigilancia médica especial en la educación física y los deportes. Más tarde, artículos en la Constitución y documentos del partido y del Gobierno han regulado el tema cada día un poco más. Los nombres de Yordanka Blagoeva, Svetla Zlateva-, Nikolina Chtereva, atletas conocidas o de otros halterófilos y luchadores, son los casos excepcionales. Pero no sólo ellos suponen propaganda. Una spartakiada -y para estas tierras quisiéramos algo parecido- también y bastante más educativa.
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