La RDA quitó la supremacía a la URSS

Los atletas de la República Democrática han quitado a los soviéticos la supremacía del atletismo europeo en pista cubierta. España continuó en su línea y se quedó sin medalla en los campeonatos de San Sebastián. Cerrada fue quien más cerca estuvo de lograrla, cuarto en 3.000 metros, pues por algo cobró 150.000 pesetas por prepararse para estos campeonatos, abandonando por completo el cross, que le hubiese reportado parecidas ganancias. Páez y Rosa Colorado tuvieron una buena actuación, en el plano individual, ya que volvieron a mejorar sus respectivas mejores marcas nacionales y Marita Koch y Munkelt batieron en cuatro cientos y sesenta metros vallas, respectivamente, las mejores marcas mundiales.

La jornada del domingo, última de los campeonatos, tuvo un comienzo político, como se esperaba. Unos 3.500 manifestantes entraron en perfecto orden por una de las puertas de acceso directo a la pista entonando gritos en euskera de «presos a la calle» y «amnistía para todos» y cantando el «cusko gudari», himno vasco. La competición deportiva fue suspendida, de momento, forzosamente.Tras diversas deliberaciones, los manifestantes permanecieron sentados en la pista central, y a las doce abandonaron definitivamente el recinto.

Pudo reanudarse entonces la competición, ya sin más altercados En la jornada de mañana, Moracho y Zapata lograron clasificarse para la semifinal de sesenta metros vallas con unos tiempos respectivos de 8,01 y 8,05. Lloveras, con 8,08, quedó eliminado. Luego Zapata, con 7,96, y Moracho, con 7,91, no pudieron clasificarse para la final.

Finales con españoles

Por la tarde, los primeros españoles en participar fueron Morillas y Cabrejas, en altura, prueba que duró cinco horas. El primero, tras saltar con dificultad 2, 10 y 2,13, rebasó el listón holgadamente sobre 2,16 y 2,19; el 2,22 ya no lo pudo saltar, lo que le valió el séptimo puesto. Con peor nivel actuó Cabrejas, que se quedó con un salto válido sobre 2,10. En la final de ochocientos metros masculinos corrió Páez; lo hizo mal y propinando tres empujones a Gohlke al querer pasarle por dentro. En los últimos cien metros intentó adelantar al alemán, pero pagó caro su esfuerzo y quedó último, si bien volvió a mejorar su mejor marca nacional, establecida el sábado, con un tiempo de 1:48,3. En longitud, Blanquer defraudó, como se esperaba. Hizo un primer salto válido de 7,59, jugándose el todo por el todo, y luego hizo dos nulos, el último casi descarado. Rosa Colorado, en cuatrocientos metros, hizo lo que pudo, mejorar, al igual que Páez, su mejor marca nacional, realizada en la víspera, con un tiempo de 53,78 que le valió el quinto lugar. Por último, Cerrada, en 3.000 metros, un planteamiento quizá equívoco, le costó la medalla. El madrileño vale menos de ocho minutos, pero el ritmo, muy lento, de las primeras vueltas le perjudicó. Estuvo en cabeza, pero sin forzar nunca el ritmo. Sus rivales, por tanto, llegaron frescos a las últimas vueltas y sprintaron con macha fuerza. En el último kilómetro Cerrada intentó forzar algo, pero Fleschen y Paivarinta respondieron con creces. Ryffel, en los últimos cincuenta metros, realizó un fuerte sprint que le llevó a rebasar al español a falta de veinte metros para la meta.