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Las medidas económicas, mal acogidas entre políticos, empresarios, banqueros y trajadores

Las medidas económicas, dadas a conocer ayer por el ministro de Hacienda, han sido acogidas en amplios grupos de la sociedad española con un general escepticismo. Diversos partidos políticos consultados por Europa Press no dudan en calificar el programa como un conjunto de ambigüedades, incoherencias y contradicciones encaminadas, más que a constituir un programa económico propiamente dicho, a cubrir una estrategia electoral. Y, en el mejor de los casos, las medidas han sido evaluadas como «un conjunto de buenas intenciones».

El comité ejecutivo de Reforma Social Española ataca con dureza al actual Gobierno, señalando que «representa al gran capital nacional y multinacional» y, por tanto, no puede esperarse del actual Gabinete más que «una serie de movimientos especulativos para hacer creer al país que la reactivación económica se ha puesto en marcha, situación que el Gobierno intentará capitalizar cara a las elecciones».En términos similares se expresó Miguel Boyer, miembro del comité ejecutivo del Partido Socialdemócrata, quien destaca la contradicción que supone intentar coordinar la moderación con una inflación cada día más acentuada, y pretender conseguir una elevación del 3,5 del PIB (producto interior bruto), con un incremento limitado del 3 % de las importaciones, pretensión que el señor Boyer califica como una ecuación inverosímil, basándose en que las importaciones aumentarán, cuanto menos, de un 5 a un 7 %. Por último, señaló que la realización de los objetivos del programa requieren un plazo de tiempo del que el actual Gobierno no dispone.

Para la USDE, el programa debería haberse presentado como un conjunto de acciones urgentes a negociar con la Oposición, mediante un pacto social, en lugar de enunciar la necesidad de unos cambios estructurales que «no pueden ser abordados por un Gobierno de transición ».

Empresarios

En medios empresariales se destaca especialmente el carácter inflacionario de las propuestas. Así, Juan March, de Banca March y presidente de Uralita, predice un aumento del 20 % a experimentar por la tasa inflacionaria de 1977, mientras que los restantes encuestados insisten en que la inflación es el problema más grave que plantea la economía española, y que no se verá reducido en los próximos meses.Los aspectos positivos reconocidos por los empresarios se refieren a la normativa de la economía privada; y al perfeccionamiento que supone para el sistema de economía de mercado la sustentación en los principios de iniciativa privada, libre competencia y ausencia de dirigismos. Por último, se consideran, en general, medidas coyunturales sin dbseo de serlo -como señala el director del banco, Garriga Nogues-, dentro de una remodelación paulatina de la economía nacional en función de la renovación política iniciada en el país.

Fbr su parte, Juan A. Delgado, consejero de la SC Cros, acusa la ausencia de temas fúndamentales, como puede ser el de las rentas salariales, y el tratamiento de otros de escaso interés, como es el asfaltado de una carretera. Para Narciso de Carreras, presidente de La Caixa, primera Caja de Ahorros del país y octava entidad de crédito, el Gobierno debería haber sido más valiente y dispuesto a acometer unas medidas económicas serias, sin temor al deterioro de su imagen, más respaldada por la opinión pública que la de otros Gobiernos anteriores.

Trabajadores

Respecto a las repercusiones en el campo laboral, Noel Zapico, presidente del Consejo NaIcional de Trabajadores, indicó que le ha causado una enorme preocupación el punto concreto que señala la voluntad del Gobierno de «liberalizar la actual rigidez legislativa en materia de despido colectivo», por las consecuencias que esto puede ocasionar. Este postulado contribuirá a aumentar aún más las cifras de desempleo, debido a las facilidades que aparentemente se conceden a las empresas para reducir sus plantillas.En otro apartado que destaca el señor Zapico es el de la reforma fiscal. «Espero que sea la última vez que se hable de ella sin abordarla», añadió. Para Noel Zapico, si los objetivos de política laboral acogen la creación de mayor número de puestos de trabajo, las, libertades sindicales y la normativa sobre contratación colectiva, estos puntos deben entenderse como derechos fundamentales del trabajador y, en ningún caso, utilizarlos como trueque a cambio del derecho de despido, ya que -señaló- «sería un precio demasiado alto».

Tampoco han satisfecho las medidas a las aspiraciones del sector agrario. Alberto Ballarín Marcial las considera insuficientes, mientras que los exportadores insisten en que la medida que más les favorecería sería el ingreso de España en el Mercado Común.

Sin embargo, en algunos círculos relacionados con la Banca privada española despertó un considerable interés el punto concreto del programa que alude a la «conveniencia de la presencia de entidades financieras extranjeras en el mercado naciónal», alusión que ha sido interpretada como una posible luz verde para la instalación de nuevos bancos extranjeros en España. En cambio, ha causado cierta decepción entre las entidades bancarias relacionadas con los mercados de divisas, la ausencia del cambio de la peseta, ya que últimamente circularon reiteradaniente en el exterior rumores de una posible devaluación.

Bolsa

En la Bolsa la reacción ha sido claramente negativa a la vista de la evolución de los cambios en la sesión de ayer. El clima de días anteriores, que puede calificarse casi de eufórico, quebró con la publicación del programa. Los habituales del parquet preguntaban a los periodistas por el contenido del programa y se mostraban desorientados por la intervención del ministro.

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