El presidente francés no recibirá al historiador Andrei Amalrik
El presidente francés Valery Giscard d'Estaing se negó arecibir al historiador soviético disidente Andrei Amalrik, llegado, a París el domingo último. Al mismo tiempo, le invitó a entrevistarse con el funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores, Francis Beauchataud, responsable de la próxima conferencia de Belgrado. El señor Amalrik depositó a me dia tarde de ayer una carta en el Eliseo para reiterar su deseo de conversar con el presidente de la República, afir mando que no vería a ningún otro miembro del Gobierno o funcionario.
El disidente soviético reveló al llegar a la capital francesa que hace una semana, por medio de un telegrama, le había solicita do una entrevista al presidente francés. Con su iniciativa, el señor Amalrik deseaba «atraer la atención del Gobierno y de la opinión francesa sobre la ola de represion que se abate sobre los intelectuales soviéticos.» Esta misión la realiza, en tanto que representante en el extranjero del.Grupo de Vigilancia de los Acuerdos de Helsinki, dirigido por Yuri Orlov. A juicio de Amalrik, las autoridades de Moscú intentan disolver el citado grupo, ya que su actividad resulta escandalosa en vísperas de la conferencia de Belgrado que conviene recordar, reunirá a todos los firmantes de los convenios de Helsinki, en junio próximo, para hacer un balance de su aplicación. Se hace notar en París que este intento de sensibilización de la opinión francesa se produce en Torma paralela con la iniciativa del presidente americano, Jimmy Carter, que ha escrito al señor Alexander Sajarov; y anunció que recibiría al matemático, también disidente, Vladimir Bukovski.
La visita a París del intelectual soviético, residente en Holanda desde que abandonó la URSS el verano pasado, no se produce en el mejor momento. Hace cuatro días que el número uno de la troika de Moscú, Leónidas Brejnev, confirmó su viaje oficial a Francia para dentro de cuatro meses.
La razón de estado, consistente en cumplimentar al señor Brejnev, se ha impuesto a otra razón de estado en favor de la que ayer también se declaraban algunos en París: «después de la iniciativa de Carter, Francia no puede manifestarse menos liberal».
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