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El Getafe hizo méritos para empatar

El partido Valladolid-Getafe ha tenido dos fases diametralmente opuestas. Durante la primera se vio un encuentro entretenido, con mayor dominio local gracias a su superioridad en el centro del campo y peligrosos contraataques madrileños. En la reanudación, el nivel de juego decayó mucho hasta llevar el aburrimiento a las gradas. Sólo la incertidumbre del marcador y la mayor presión del Getafe, propiciada por el agotamiento de los vallisoletanos y el mal estado del campo, mantuvo el interés entre los espectadores.El terreno de juego, convertidosobre todo en la zona central en un auténtico lodozal, no permitió florituras ni dejó jugar. Mientras los locales tuvieron fuerzas dominaron claramente, creando muchas más ante el marco de Arévalo, que los madrileños ante el de Llácer. El buen fútbol de Landáburu, apoyado en la zona ancha por Aparicio, Mellado y Toño, condujo a los vallisoletanos a una victoria que se gestó muy pronto. A los veintiocho minutos, con dos-cero en el marcador, los hombres de Saso aflojaron un poco el ritmo y permitieron a los geta feños avanzar sus líneas e hilvanar algunas jugadas de peligro. Pese a esto las superioridad de los blan quimorados fue evidente. Arévalo paso por varios momentos de apuro, algunos de ellos salvados por el guardamenta en buenas interven ciones. A pesar del dominio local el Getafe consiguió acortar distancias.

En la segunda mitad varió total mente el panorama. Los madrileños se impusieron en la zona central y desde allí intentaron, sin conseguirlo, una y otra vez, perforar el portal de Llácer. El Valladolid, perdido en el barro, se limitó única y exclusivamente a defender su exigua ventaja. Con dominio del Getafe y nulidad vallisoletana en el centro del campo y en ataque se consumió casi toda la segunda mitad. Los azules hicieron méritos para conseguir la igualada.

Cuando se consumían los últimos minutos llegó la expulsión de Valdés, que dejó a los hombres de Segura en inferioridad numérica.

Ortega, vivo

En el partido, los jugadores locales portaron brazaletes negros por la muerte del que fue antiguo jugador del club blanqui-violeta Juan Antonio Ortega, así como por el fallecimiento de la esposa de Barrios, ex jugador y ex entrenador del equipo. Pero he aquí que ayer, cuando algunos medios informativos locales se pusieron en contacto con el domicilio de Ortega en Bar celona, para conocer los detalles del óbito, fue el propio jugador quien cogió el teléfono ante la sorpresa de los periodistas. Ortega goza de buena salud y manifestó que «no sabía de donde había surgido la noticia de su muerte». Al parecer, antes de comenzar el encuentro alguien comunicó la noticia a la junta directiva cuyos miembros, sin confirmarla, ordenaron la colocación del distintivo de luto en las camisolas de los vallisoletanos.

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