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Los matadores no se ponen de acuerdo

Ayer tuvo lugar la reunión de matadores de toros para estudiar el conflicto taurino, y como duró tanto la sesión y además no se pusieron de acuerdo, la anunciada «reunión tripartita» quedó aplazada para el viernes. Entre los diestros se perfilan dos bandos: las figuras, que no quieren que los modestos les pisen el terreno, y los modestos, que quieren pisárselo a las figuras. Hay en el fondo dé todo un problema de monopolios y exclusivas, que éstos quieren romper.La consecuencia inmediata es que las ferias de Castellón y Valencia corren ahora más peligro que nunca. Alberto Alonso, gerente de estas plazas, había quedado ayer con Chopera y Balañá para concretar los contratos de Camino y El Viti, respectivamente, pero no pudo hacerlo ante lo confuso de la situación. Nos ha manifestado, sin embargo, que de cualquier manera, esta misma mañana formalizará el contrato con Camino y otros espadas y lo llevará al sindicato, y si no obtiene el preceptivo visado se pondrá en contacto con los gobernadores civiles de Castellón y Valencia para comunicarles que no es posible organizar las correspondientes ferias.

En círculos empresariales se argumenta que la huelga de subalternos es ilegal (los matadores n no están en huelga), de donde deducen que el sindicato debe visar todos los contratos que estén en regla. Pero lo cierto es que, precisamente en estos momentos, los toreros van a dar la medida real de su fuerza, porque ahora, más que nunca, están en juego sus reivindicaciones. Tan largo aplazamiento de la «reunión tripartita» -cuatro días es mucho tiempo, cuando las primeras ferias importantes están encima- da a entender que hay fuertes disparidades entre los matadores; al contrario que los subalternos, cuya unión ha sido su mejor arma hasta este momento crucial.

Pero según una interpretación de taurinos con vasta experiencia, la actitud dilatoria de los matadores reunidos ayer respondería a una inspiración de los empresarios poderosos para atemorizar a los restantes diestros y a los subalternos, y forzarles a una claudicación de última hora y casi sin condiciones.

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