¡Agua que no has de beber!

Quiero ponerle en conocimiento de un fenómeno que se viene repitiendo en los parques madrileños. Me refiero al caso de que allí donde se levanta un nuevo quiosco de bebidas, en el recinto de los parques públicos, desaparecen las fuentes que hubiera a su alrededor. Las consecuencias del hecho son fáciles de deducir: cuando la sed aprieta no queda otra alternativa que recurrir a la consabida Coca-Cola. El éxito del negocio está asegurado; no hay riesgo de quiebra por falta de clientela. El caso más reciente con que he topado es el del Parque Sur, pero no es el primero ni creo que vaya a ser el último. En la glorieta principal de este parque, a espaldas de la piscina Marbella, está la única fuente allí existente. Durante los años que lleva instalada nunca vi que faltara agua. No hace mucho se abrió un quiosco a no más de quince metros de la mencionada fuente. No ha vuelto a echar gota de agua.

En algún punto de la Casa de Campo el procedimiento ha sido más expeditivo; la inoportuna fuente ha sido barrida y de ella no queda ni rastro. Ante hechos como éste, de intenciones tan descaradamente claras, uno se resiste a callarse ciertas preguntas: ¿Qué intereses sirve la política municipal?