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Un partido sólo, y por TV

Hoy domingo, el partido más interesante será el que transmitan las pantallas de la televisión, tal y como viene sucediendo ya bastantes domingos. Cuando tanta fruición ponemos en decir las quiebras y errores de la programación televisiva, he aquí que la distancia entre los partidos tediosos e inertes para la clasificación que transmitían temporadas pasadas y los que transmiten en esta (salvo accidentes como el del domingo pasado que naufragó medio tiempo por causas de enlace, pero con lo malo que resultó lo visto, no se echó mucho en falta lo perdido) es realmente estelar. Esta temporada se ve bastante Liga a través de la pequeña pantalla, gracias a Dios. Para ser más exactos, se ve más trecho de la razón de la clasificación de Liga.Despues de lo sucedido el domingo pasado, que pudo ser una jornada interesantísima, casi decisiva en alguna franja, y resultó insuficiente en sus resultados para los clubs que tenían que forzarlos, Barcelona, Atlético de Madrid y Valencia (porque la desventura del Real Madrid a la que aludimos llamándola hipótesis «sulcidio», se consumó) y ni siquiera el punto que sacaron los rojiblancos del Manzanares en Málaga pudo contabilizarse como un punto ganado sino a la vez y con la misma medida un punto perdido en la más obvia de todas sus salidas, la posibilidad de dar un paso adelante en el campeonato queda suspendida este domingo. No hay en su calendario partidos de esta dimensión, sino partidos de consolación, de arreglo de cuentas y puntuaciones y algún lance de prestigio como el «derby» sevillano. El único que se sale apreciablemente de esta medida es el Valencla-Real Sociedad. Que el Barcelona y el Atlético ganen sus encuentros caseros contra el Rácing de Santander y el Celta parece lo normal y seguirán si así sucede en sus papeles, pero el Valencla recibe en su casa, en donde tropezó ante el Atlético de Madrid hace dos jornadas, a la Real Sociedad, equipo del que se habla como la revelación de la Liga actual en buena medida.

Después del partido es bien posible que el papel de uno y otro equipo queden redimensionados. Para el Valencia, el conjunto donostiarra, no será cómodo, y, caso de ceder puntos, sus expectativas quedarían cercenadas por entero para el título. Por eso. no lo creemos probable. Por otra parte, la Real Sociedad tiene que ofrecer su verdadera talla de exigencia. Hasta ahora ha mostrado su ventaja sobre la imagen anterior de equipo que se batía con soltura en la zona media. sin riesgos y acercándose a la cabeza a la que llegó después de superar aquella otra de equipo que se evadía casi siempre de la cola. Pero si sacase algo positivo en Valencia, como ya lo hizo ante el Real Madrid, habría que pensar más en la posibilidad si no del título, de arrimarse a él en uno de los puestos que nliran a Europa para la Copa de la UEFA, tal y como hoy figura en la clasificación, es decir, dentro de la «élite» representativa del fútbol español. La atención de Kubala a sus jugadores es otra prueba de esta situación.

Por hallarse en potencia estas fuerzas, el partido de Vilestalla, en el estadio Luis Casanova, es el partido a tener en cuenta. El del Madrid en Bilbao es interesante para su prestigio, para ver si ha restañado sus heridas por las que pierde puntos y partidos. Tampoco el Athletic de Bilbao está en aran forma, por lo que el choque de San Mamés, de facha otrora tan importante tiene más historia que realidad hoy para la solución de la Liga. El Real Madrid saldrá a buscar algún alivio a sus males.

En el fondo, fondo, resuena, en los oídos de todos, la crítica de Marcel Domingo, que no tiene pelos en la lengua, a la jornada pasada en donde los cuatro grandes de ocho puntos posibles solo sacaron uno en Málaga y esto porque parecía no haber más remedio. El entrenador del Elche decide que los grandes son unos «petardos». Bueno, que el domingo pasado hiciesen de tales no quiere decir que siempre lo sean, sino que en tal fecha cumplieron lo que podría llamar Marcel Domingo, más propiamente que nadie, «la journée des dupes», el domingo de los chascos y de los errores. El propio Cruyff se ha autocensurado comparandose a un asno por querer driblar en el área a Brindisi. Quizá Cruyff, al que le cae la cosa de lejos. no aprecie en toda su medid,a la imprudencia de querer gambetear a un argentino de clase, cosa tan desatentada pero más peligrosa en propia área, que querer venderle miel al colmenero.

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