El Pegaso arrolló al Mirandés

Un Pegaso arrollador hizo paga los vidrios rotos de su derrota el domingo pasado ante el Sanse a un Mirandés que poco pudo hacer para frenar las acometidas de los hombres de Peinado.Muy pronto las buenas maneras y la aceptable conjunción del Mirandés fueron borradas por la apisonadora que fue el domingo la máquina pegasista. Por la forma de correr y de anticiparse a cualquier acción del rival, los jugadores locales parecían deseosos de aplastar al contrario. Los goles caían uno tras otro y sólo las intervenciones del meta, al que no se le puede culpar por los goles encajados, y a veces la fortuna y los postes dejaron la cosa, «únicamente» en cuatro. El tándem técnico que dirige al Mirandés intentó evitar el descalabro que se veía venir efectuando dos rápidos cambios, que de poco sirvieron.

En la segunda mitad el dominio del Pegaso hizo que continuaran creándose ocasiones de gol. Disparos de Salagre, Domínguez y De Diego encontraron eficaz respuesta en Muñoz. mientras el Mirandés intentó estirarse hacia adelante con el bullicioso Frechilla en punta, demasiado gesticulante y parlanchín. Pudo aminorar distancias el Mirandés en el remate al larguero de Paco y en el posterior intento de Frechilla con Tocón desplazado de su marco, pese a que los burgaleses parecían entregados por momentos.

Vibrante encuentro del Pegaso, que ha reparado con prontitud la avería en forma de pinchazo que le endosó el filial donostiarra.

Las ganas, la fuerza y el tesón se tradujeron en un dominio aplastante que hizo tambalear una de fensa que me pareció bastante más sólida de lo que el abultado marcador puede reflejar y en la que destacó, el líbero Alava jugador de características similares a Cortabarría, que intentó tapar los enormes agujeros que se creaban ya desde el medio campo y que en ocasiones consiguió. En el Pegaso todos sus jugadores rayaron a buen nivel, si bien Domínguez y Mora les, con su habilidad, propiciaron el k.o. técnico del Mirandés.