¿Quién sostiene ya el amateurismo?
Los Juegos Olímpicos siempre han sido utilizados como plataforma ideal de los atletas para solucionar en muchos casos un futuro económico. Ejemplos USA como los jugadores de baloncesto inmediatamente fichados por equipos profesionales, sprinters por el fútbol (rugby americano, no el soccer, como ellos denominan al del balón redondo) o boxeadores han sido suficientemente expuestos.Estados Unidos, sin embargo, que ya. a finales de octubre, sorprendió con la noticia de la ayuda a su Comité Olímpico para los Juegos de Moscú, superior en un 250% a la recibida para Montreal, camina cada vez más hacia un amateurismo marrón claro, sin ningún tapujo. Concretamente la subida se cifró en diez millones de dólares y todo derivado de la inquietud existente en el país por los éxitos crecientes de países del Este, como la RDA, URSS y otros. Con ellos se trataría de mejorar el programa de preparación olímpica y, por supuesto, se atendería las necesidades económicas del «personal».
Ahora, en un último informe presentado por la Comisión Presidencial de los Deportes Olímpicos, ésta ha sugerido que los atletas amateurs deberían contar con la autorización para aceptar dinero procedente de su dedicación al deporte, aunque no directamente de, una competición. En resumidas cuentas, tener un «status» parecido al de los deportistas militares de los países del Este. Sería un primer paso de los norteamericanos para no perder un tren de superioridad, que salvo en algún deporte aislado se ve muy amenazado. Por otra parte, para retener los pasos al profesionalismo ya se ha hablado de permitir abiertamente las competiciones «open» e incluso de que hubiese deportistas profesionales en cualquier deporte, sin dejar de ser amateurs para los demás.
En 1977 ni Estados Unidos puede ya sostener un amateurismo medianamente «normal». ¿Qué van a hacer entonces países como España para no hundirse más años-luz aún en su retraso? Las cartas hay que enseñarlas cada día más. Está visto.
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