Hermetismo total sobre las conversaciones de Richard en Pretoria sobre Rodesia
El presidente de la conferencia de Ginebra, Ivor Richard, ha dicho ayer que su viaje de ida y vuelta a Africa del Sur le ha servido para tener una idea más clara del papel que Gran Bretaña debe desempeñar en una administración provisional que conduzca a Rodesia hacia un régimen de mayoría negra.En el pequeño aeropuerto de Gaborone, Richard ha declarado: «Nosotros vemos el consejo del Presidente y la influencia de Botswana en todo este asunto como en extremo importante.»
«Nosotros vemos la necesidad de una presencia neutral balanceada en el Gobierno provisional. La mayoría de la gente preocupada por el problema, cree que únicamente Gran Bretaña puede proporcionar dicha presencia.»
Ivor Richard se mostró animado al abandonar Pretoria, por sus útiles, esperanzadoras y constructivas conversaciones con el primer ministro sudafricano, John Vorster.
Después de su entrevista del lunes con Vorster en la ciudad portuaria de Oubosstrand, situada en la costa indooceánica, Richard partió en avión hacia Pretoria donde celebró una conferencia de prensa a la que asistieron representantes de los medios informativos tanto locales como extranjeros, en la que ni Richard ni Vorster dieron detalles de lo tratado en sus conversaciones. Sin embargo, mostraron optimismo en sus manifestaciones a la prensa.
Los comentarios de Richard tenían un carácter totalmente distinto a los que hizo el sábado, después de la entrevista con el primer ministro rodesiano, lan Smith, en Salisbury.
Richard manifestó en la conferencia de prensa: «Estoy convencido de que, por fin, llegaremos a solucionar el problema.»
El optimismo del negociador británico puede dar pie a pensar que el primer ministro sudafricano puede alentar la designación de un comisario británico para Rodesia que jugaría un papel moderador en el período de transición hacia un Gobierno de mayoría negra. Uno de los objetivos prioritarios de Richard en su presente gira africana sería la intervención de Vorster para convencer al primer ministro rodesiano de que flexibilizase su actitud hacia las nuevas iniciativas británicas, y dejase de aferrarse al «Plan Kissinger» como un todo inmodificable.
En la rueda de prensa, Richard indicó que todo el mundo con quien trató durante sus visitas a Zambia, Rodesia y Africa del Sur deseaba la paz y que se efectuase una transición pacífica del poder en Rodesia.
«Lo que no se puede hacer en una situación como la actual es recurrir al ultimátum como sistema diplomático... no se trata de imponerse por la fuerza y obligar con una estaca en la mano: "o firmas o de lo contrario"... nada de eso», dijo Richard.
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