Barre reclama el sacrificio de los franceses para superar la crisis

El Presidente de la República. Giscard d'Estaing, en Chamaliers, localidad de la que fue alcalde largo tiempo y en donde anunció su candidatura a la presidencia en 1974, y el primer ministro Raymond Barre, en París ayer en dos intervenciones públicas hicieron un balance global de la actualidad francesa al final de 1976. El primer ministro ante la prensa económica, reafirmó que todas las preferencias serian para la defensa del franco y que, para 1977 su Gobierno se ha propuesto que la inflación no llegue a las dos cifras fatídicas. Hace algunos meses. tal objetivo oficial se había fijado en no superar el 6,5 %.Al abordar los diversos aspectos de la situación económica y social, Barre, en cada ocasión, insistió en que los franceses deben esforzarse y m.antener ese esfuerzo aunque aparezcan, no tardando, algunos sin tomas de mejoría del panomara económico. En este sentido, recordó a sus conciudadanos que los alemanes, antes de frenar la inflacción, se apretaron el cinturón.

El deterioro de la balanza comercial, para Barre, es consecuencia de la depreciación del franco y de las compras de petróleo. Por esto último, anunció que serían puestas en vigor nuevas medidas para economizar energía. Algunos especialistas, ayer, preveían ya la posibilidad del racionamiento. A propósito de este mismo capítulo energético, el primer ministro ya advirtió que la subida reciente decidida por los países del OPEP será cargada en los precios del petróleo.

Para defender el franco, Barre piensa, sobre todo, usar la medida más eficaz en régimen de cambios flotantes: aumento de tipos de interés. Para enderezar las deudas del comercio exterior, prometió que no recurriría a medidas proteccionistas que en el seno de la mayoría. preconizan algunos. Pero dejó entender que para ello los demás paises deberían comportarse de manera constructiva.

En cuanto al sostén a la economía que pide la patronal. Barre explicó que no estaba en sus propósitos una ayuda global que pudies disparar más aún la inflación. El Gobierno intervendrá de manera selectiva. El paro obrero, que supera el millón de personas no obtuvo mas respuesta que la buena voluntad que impulsa a las autoridades según el primer ministro. Por fin abordó la cuestión contractual que le opone a todos los sindicatos y que trata de garantizar. El aumento del dos por ciento del poder adquisitivo de los tres millones de empleados del servicio público. Barre criticó esta política porque no tenía en cuenta la situación económica parcial de las empresas y de la economía del país. Unicamente prometió que, quizá al final del 77 sería posible alguna negociación si la evolución general de la economía lo permitía. En resumen, el primer ministro, ayer anunció a los franceses un nuevo año duro, al manifestar una fidelidad intangible a su plan, correcto desde el punto de vista de un profesor, pero inadecuado respecto a las características sociales de una país en el que la confrontación con los sindicatos es inexorable, como consecuencia de unas desigualda des sociales que desbarataran cualquier política económica que no vaya acompañada de un cambio mínimo de estructuras.