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Fuente sólo volvería a correr con el Bianchi

El año que ahora acaba estaba para Fuente lleno de esperanzas. Bianchi confiaba plenamente en su total recuperación y le preparó para participar en el Giro. El asturiano rodaba cien kilómetros diarios, pero a la hora de la verdad, él mismo prefirió retardar su presentación que, bajo su propia responsabilidad, fue en la Vuelta de los Valles Mineros. Después vinieron las decepciones y la negativa federativa de que Fuente siguiera activamente en el deporte.

Cuando comenzó el año, y tras los intereses de Bianchi por incorporar a su equipo a Fuente, el equipo italiano participó en varias pruebas que recorría José Manuel antes de iniciarse la carrera oficial. Los controles efectuados indicaban que marchaba bien y llegó el momento de decidir la participación en el Giro. Todos estaban contentos con su favorable evolución, pero el Tarangu prefirió reservarse.Su vuelta en estas circunstancias se atrasó, pero ya el corredor de Limnes se encontraba animado para empresas de envergadura. Tras las pruebas realizadas bajo un meticuloso control médico, según el doctor Modesti, José Manuel tenía vía libre para correr, pero siempre y cuando se sometiera a reconocimientos periódicos y sin ingerir sustancias tóxicas, porque de ser así su organismo pudiera verse afectado de nuevo.

Fuente aceptó estas condiciones y por aquel entonces, junio de 1976, se iba a celebrar la Vuelta a los Valles Mineros, con tres etapas y un prólogo, que se convirtió en el punto de mira del Tarangu. Quiso correr ante sus paisanos, con quienes tenía una deuda deportiva, y para ello nada mejorar que el debut de su reencuentro con el ciclismo, en su tierra y en su ambiente. Además con el puerto de Pajares por testigo.

Fuente toma una decisión

José Manuel Fuente decidió tomar parte en esta prueba y para ello solicitó de Bianchi el correspondiente permiso. Pero su nuevo equipo fue más allá y envió a la vuelta a Foreti y a De Faveri para que con José Manuel formaran equipo, no sólo para la Vuelta a los Valles Mineros, sino también para la Vuelta a Asturias, prueba de mayor envergadura. También desplazó a un director deportivo, su amigo Bonatti, para completar el equipo.

La alegría del Tarangu fue manifiesta. Pero aún mucho más la de los aficionados asturianos que vieron como de nuevo estaba a punto de resurgir el que un día fue «maillot amarillo» en la Vuelta a España.

Pero la alegría de Fuente se vio al poco tiempo trastocada. Tras la autorización del doctor Modesti para correr, solicitó la correspondiente licencia federativa para la que se le exigió un nuevo reconocimiento médico en España. La polémica se suscitó de nuevo y después de un tira y afloja, el corredor asturiano se puso en manos del servicio médico de la DND. El dictamen fue tajante: «Mientras existan secuelas de la enfermedad padecida no se le extenderá la correspondiente licencia federativa.»

Fue tal el revuelo que se organizó a nivel nacional que se le autorizó a correr la Vuelta a los Valles Mineros bajo su propia responsabilidad, pero no así la de Asturias de manera tajante. Fuente no quiso aceptar concesiones especiales y manifestó que corrría debidamente autorizado o no correría jamás. Hubo llamadas, intentos de presiones, pero nada se consiguió. Fuente al final correría la Vuelta a los Valles Mineros, a la que se presentó minutos antes de comenzar la prueba, en la que ganó nada menos qué la etapa que finalizaba en el coloso de Pajares. La hazaña estaba conseguida.

Su triunfo sólo le supuso unos esporádicos momentos de gloria, porque el equipo médico de la DND, inamovible en sus conclusiones continuo en su postura, que es, en definitiva, la que aún perdura.

José Manuel Fuente, el Tarangu, el hombre que hizo a España entera vibrar con sus actuaciones fuera de nuestras fronteras, dejó la bicicleta. Ahora, a sus treinta años, mantiene en Oviedo un comercio deportivo, cuyo fuerte, naturalmente, son los objetos ciclistas. En sus ratos de meditación, de rememora recuerdos. Fuente escribió un libro que se pondrá inmediatamente a la venta. Ahí narra su vida y los pormenores del ciclismo. Los ingresos que reciba los destinará para paliar un tanto la situación de la viuda y los hijos de Santisteban. Fuente es humano, compañero y hermano de aquellos que también le ayudaron a conquistar la fama: «El me ha llevado a mí muchas veces. Ahora me toca a mí el turno. »

No obstante y a pesar de tantas desilusiones Fuente confía de nuevo en volver a los pedales. El presidente de la Federación Española dijo que bastará un solo certificado médico que asegure que Fuente se encuentra recuperado para que se le devuelva la licencia. Ahora nuevamente Fuente está en manos de la medicina y es el doctor Abaitua quien le somete a exhaustivos reconocimientos. Si Fuente recupera su licencia el Teka le estará esperando con un millón de pesetas, pero los compromisos contraídos por el corredor con Bianchi cuando este equipo hizo por él todo lo que estuvo en su mano, es casi seguro que le llevarán a Italia. Fuente también es agradecido.

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