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La rapidez del secuestro impidió cualquier reacción

El secuestro del presidente del Consejo de Estado, Antonio María de Oriol y Urquijo, llevado a cabo en su despacho de la Fundación Oriol y Urquijo para posgraduados se ha producido con una perfección insólita, aunque los datos y hechos que han rodeado a los escasos minutos que ha durado la operación aparecen poco claros y en ocasiones, según las informaciones facilitadas por testigos presenciales, son contradictorios.

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A las 11. 10 de la mañana, dos minutos después de su llegada al despacho de la calle Montalbán, 14, sede de la fundación que lleva el nombre de la familia, dos individuos jóvenes, ya maduros, según señala el rector de la fundación, padre Fulgencio Martín Lucas, solicitaban entrevistarse con Antonio María de Oriol poniendo de relieve que eran enviados por el cura párroco de Las Rozas, zona en donde el señor Oriol y Urquijo tiene su residencia.Antonio María de Oriol estaba a punto de marchar cuando le secuestraron, iba a asistir a la imposición de la primera medalla de la Fundación Franco a doña Carmen Polo, señora de Meirás.

Tras pocos minutos de espera, el presidente del Consejo de Estado recibe a sus anónimos visitantes en presencia de otras personas, entre las que se encuentran al menos su hijo Antonio y su secretaria. Una vez en el despacho, los dos desconocidos, que según otras fuentes eran cuatro, sacan sus armas, armas que muy bien pudieron ser pistolas, y obligan a echarse al suelo a los presentes, golpeando a alguno de ellos, que intentaron frustrar el intento.

El edificio que sirve de sede a la Fundación Oriol y Urquijo cuenta con otra entrada por el número 14 de la calle Alfonso XIL que paralelamente al desarrollo de los hechos ocurridos en la segunda planta, es utilizada por el Seat 1430 blanco M-0396-AN para introducirse marcha atrás a pesar de los obstáculos y argumentos que el portero del inmueble le pone.

En el momento en que se inicia la discusión entre los dos ocupantes del vehículo y el portero, el padre Fulgencio Martín hace acto de presencia en su coche por la puerta utilizada por el Seat 1430 con la intención de dejarlo en el habitual lugar destinado para tal efecto, para lo cual, los secuestradores que esperan en el interior del automóvil deben hacer una maniobra con objeto de dejarle paso.

En el momento en que el padre Fulgencío Martín abandona su coche y abre la puerta de cristal para alcanzar el ascensor, se encuentra con Antonio María de Oriol y Urquijo con aspecto demacrado y enfermo, que baja por las escaleras escoltado por dos personas jóvenes, ya maduras, de treinta a 35 años que no portaban armas de forma visible, que utilizaban chaqueta y uno de ellos con barba.

Un hombre alto y joven, en un castellano sin acento alguno y con una metralleta, obliga a los tres testigos de la operación a tenderse en el rellano para que dejen paso al presidente del Consejo de Estado y a sus dos acompañantes, que, como senalamos no portaban armas visibles y vestían chaquetas, por lo que parece descartarse que utilizasen, al menos estos dos, metralletas para ealizar el secuestro.Una vez introducido el señor Oriol y Urquijo en el coche blanco, otra persona a punta de metralleta obliga al padre Fulgencio, al portero, a un repartidor de ultramarinos y a una secretaria a introducirse y tenderse en el ascensor.

Consumación del atraco

El mismo padre Fulgenció Martín pone de relieve que la policía tardó en llegar al edifico bastante tiempo y no confirma las noticias de que las fuerzas de orden público apareciesen en el mismo momento en que los secuestradores huían.

De la misma manera, confirma que el policía de escolta que por razones de su cargo el señor Oriol utiliza diariamente, se encontraba en la planta primera, por razones desconocidas. Posteriormente, otros informadores no oficiales señalaron que el policía de la escolta no se encontraba en el edifício.

Según otras fuentes oficiosas, ya que el segundo piso del edificio se cerró para los informadores inmediatamente, Antonio María de Oriol y Urquijo llegó a su despacho privado dos minutos antes de producirse el secuestro y procedía del despacho de uno de sus hermanos, por lo que los rumores señalan que los secuestradores o habían séguido con anterioridad a su víctima o habían estado esperando su llegada, cosa improbable, ya que según informan personas próximas a la familia no solía ir todos los sábados por este despacho.

A las 3.45 de la tarde, las fuerzas policiales que a partir de las 11.30 llegaron a la zona la habían abandonado, igual que un vehículo oficial del juzgado de guardia que llegó minutos después que los coches-patrulla de la policía.

Entre personas allegadas a Antonio María de Oriol surgen diversos interrogantes que no han podido ser desvelados. Uno de ellos gira en torno a las posibilidades que normalmente tienen individuos extraños al secuestrado de ser recibidos por éste, cosa que en esta ocasión ocurrió con la única contraseña de ir de parte del párroco de Las Rozas.

Como dato anecdótico cabe reseñar cómo a últimas horas de mañana fue sacada una ametralladora del portaequipajes del Dodge 3700 del presidente del Consejo de Estado y trasladada a un Citroen GS azul aparcado a la puerta de Montalban, 14.Más de un centenar de personas han pasado, asimismo, por el domicilio particular de la familia Oriol, una extensa finca, Monte del Pilar, en el término municipal de El Plantío. Desde primeras horas de la tarde una veintena de periodistas españoles y las cámaras de la televisión americana NBC hacen guardia a la puerta del domicilio particular, al que se llega por una carretera particular a través de un puente,debajo del cual pasa la línea del ferrocarril Madrid-La Coruña.

El portero de la finca, un hombre de unos sesenta años de edad, que se niega a cualquier conversación, No me haga usted preguntas y su hijo -alrededor de treinta años- son los encargados de abrir y cerrar la pequeña verja verde de madera, que da paso a los chalets de las familias Oriol -al parecer allí tienen su residencia habitual Lucas María y Antonio María-; junto a los guardas, un número de la Guardia Civil de El Plantío impide, metralleta en mano, el paso de personas desconocidas. Dentro de la finca parece ser que varios guardias civiles y funcionarios del Cuerpo General de Policía vigilan los edificios, cuyas dependencias desde el exterior es imposible divisarpor encontrarse a varios centenares de metros de la entrada y rodeados de numerosos pinos.

Los periodistas, a los que se les ha impedido la entrada en la finca -«Prohibido el paso» y «Propiedad privada» rezan unos carteles-, han contabilizado la presencia de numerosas personalidades políticas vinculadas muy directaménte con la familia Oriol. A primeras horas de la tarde llegó Pilar Primo de Rivera, y posteriormente, los ex ministros Cortina Mauri, Gutiérrez Mellado, Fernández de la Mora, Lora Tamayo y Fontana Codina. Según se ha podido saber, la esposa del secuestrado, Soledad Díaz de Bustamante, se mantiene discretamente alejada de las llamadas telefónicas y de la mayoría de las visitas.

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