Socialismo catalán
Escritor y artista barcelonés, nació en 1914. Es crítico de arte y profesor agregado de Sociología del Arte en laUniversidad de Barcelona.
Estimamos que puede ser muy útil para los lectores de EL PAÍS rectificar la imagen dada por algunas noticias publicadas en este periódico sobre el congreso fundacional del Partit Socialista de Catalunya (PSC), con llamativos títulos que consideramos muy lejanos de la realidad.
La fundación del Partit Socialista de Catalunya (PSC) ha sido consolidada tras su congreso constituyente, al final de un largo proceso caracterizado por la intervención de la base entera, en cantidad de asambleas, ponencias, enmiendas y votaciones durante el período comprendido entre el 22 de junio y el 1 de noviembre.
Se trata de un acontecimiento que creemos que tiene una importancia de primer orden como signo de un nuevo estilo, que puede ser mañana el definitorio de una manera de hacer política, válida para toda la «piel de toro».
Las notas de esta novedad pueden resumirse en los siguientes cinco puntos:
1.º El carácter autogestionario: Un proceso de funcionamiento plenamente autogestionario, en el que todo proyecto, toda elaboración y toda decisión han partido de la base, la cual, por otra parte, conserva, en todos los niveles el control de la marcha. Esto, que muchos consideraban utópico, no sólo se ha demostrado imaginativo, creador y eficaz, sino que en vez de llevar hacia posiciones de grupo ha actuado como un melting pot en favor de un gran sentimiento de solidaridad. La larga tradición de sindicalismo libertario ha favorecido el arraigo de este tipo de organización.
2.º El carácter de confluencia política: Grupos que parecían reñidos, que en los años treinta estuvieron a matar, han confluido en la generosa y abierta voluntad de convivir y de crear proyectos comunes. Así se han fundido la Convergencia Socia lista, heredera del antiguo Movimient Socialista, con el Grupo de Independientes para el Socialismo, los grupos procedentes del FOC, del Frente de Liberación Popular, del POUM, de la Unió Socialista y el primer PSUC, de Comorera, de Esquerra Republi cana de Catalunya, del Partit Popular de Catalunya, de la tendencia socialista del ex Reagrupa meni, de grupos cristianos, del Centre d'Estudis Socialistes, etcétera. Ha sido la unión de todos los socialistas catalanes, de la que sólo quedan fuera los grupos independentistas y los que mili tan en partidos con sede fuera de Cataluña.
3.º La irradiación social: el Partido ha nacido con unas particulares condiciones de entendimiento muy típicas de Cataluña. Es un partido obrero de clase, que ha sido capaz de atraer un gran número de intelectuales y gente de profesiones liberales, los cuales le dan una gran base cultural.
4.º La capacidad como eje popular: Su capacidad para planteamientos científicos, no apasionados, hace posible que, en el interior de la política catalana, pueda colaborar a lo largo de su prolongado camino, tanto con el socialismo estatista corno con la socialdemocracia avanzada, en un gran frente de los trabajadores, con posibilidades de bloque mayoritario.
5.º La dirección nacional catalana: Dadas las especiales circunstancias de Cataluña es evidente que el partido se plantea de un modo básico el problema nacional catalán y su incidencia en la estructuración del Estado español. Aquí es donde las informaciones dadas pueden ser desorientadoras. No ha habido en el, congreso ninguna pugna entre «nacionalistas» y «españolistas». Hubo sólo la necesaria adaptación recíproca entre los vocabularios de los distintos grupos originarios. En realidad, todos estos grupos, sin distinción y desde un principio, parten de la aceptación, por otra parte común, a todos los partidos inscritos el las instancias unitarias catalanas (Assemblea y Consell) de los derechos nacionales irrenunciables de Cataluña a la autodeterminación y a la devolución, como punto de partida, del estatuto de autonomía de 1932.
Desde el punto, de vista de las perspectivas generales de una articulación viva del Estado y de una potenciación de la vía común hacia el socialismo, la constitución de un PSC en Cataluña, con una naturaleza interior tan arraigada en la clase trabajadora, con su eficacia en reunir por lo menos trece corrientes políticas anteriores en una sola, con su irradiación sobre anchas capas sociales y su gran plataforma intelectual, con su capacidad de ser un eje popular y su asunción de un papel que espera a ser de líder en la defensa de los derechos de, Cataluña,, constituye, a nuestro entender, una baza muy positiva para todos.
Todo grupo que, a nivel central o a nivel de las nacionalidades periféricas, desee sinceramente contribuir a las transformación positiva del Estado encontrará en 61 PSC un interlocutor realmente válido. Dtntro de una,perspect ¡va socialista, la gran novedad de este instrumento consiste en su capacidad de dar un peso específico a la acción socialista con la aportación responsable del núcleo catalán en un bloque compacto.
En este sentido es importante señalar que la vocación del PSC para una actuación en la reestructuración del Estado coincide no sólo con las posturas de la Federación de Partidos Socialistas, a la que pertenece, sino también con posiciones explicitadas por el PSOE, que ya en 1896 era muy precoz en reconocer, en el cuarto congreso de la II Internacional, la autodeterminación de las nacionalidades y que en hechos recientes ha manifestado su voluntad de aceptar indistintamente o una organización federal del Estado o un sistema de autonomías pactadas, en una disponibilidad táctica muy semejante a la que tomó como base, en su congreso fundacional, el PSC.
Tales coincidencias permiten esperar, para un plazo próximo, una acción con (certada entre todos los socialistas del Estado, en la que la voluntad del PSC, y de los otros integrantes de la FPS, coordinada por la del PSOE, pueda garantizar una gran solidaridad en la acción movilizadora y más tarde en una efectiva obra de Gobierno.
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