Lucha de intereses en el Pentágono
El Pentágono norteamericano es escenario de una lucha de influencias entre dos aviones militares: el caza ligero F-16 y la versión terrestre del caza adoptado, por la flota norteamericana, el F-18.
La pugna es una prolongación, en circunstancias diferentes, del enfrentamiento entre los grandes productores norteamericanos de aviones de combate, que comenzó al presentarse dos candidatos para obtener el contrato, que se denominó del siglo, de cuatro fuerzas aéreas de países europeos de la OTAN.
El F-18A, adoptado por la marina de guerra norteamericana como su caza de combate en portaaviones, para la década de los años ochenta, no es sino una versión perfeccionada del F-17 de la Northrop.
Entre las fuerzas que hacen presión dentro del Pentágono para bloquear, o por lo menos retrasar lo más posible el desarrollo del F-18L -versión terrestre del F-18A-, se encuentran, precisamente, el consorcio de las cuatro naciones de la OTAN que acordaron comprar el F-16.
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