Resultados de las elecciones parciales en Francia
Triunfa el gaullismo y progresa el socialismo
El progreso de la Unión de la Izquierda y el triunfo del ex «premier»Jacques Chirac fueron los dos elementos más significativos del resultado de las siete elecciones legislativas parciales realizadas el domingo último en diversas regiones francesas. Salvo en Correze, circunscripción de Chirac, y en menos grado en el quinto distrito de París, la oposición de izquierdas obtuvo resultados espectaculares. Pero todos los comentaristas y observadores políticos subrayaron que quien ha ganado sufragios (entre el 4 y el 15%) es el Partido Socialista del Mitterrand, unas veces a costa del Partido Comunista y otras en detrimento de los partidos giscardianos de la mayoría gubernamental.
Este es el otro elemento destacado de la primera vuelta de las siete legislativas: la pérdida de terreno del reformismo encarnado por los centristas de Lecanuet, los republicanos independientes (partido del presidente) y los radicales. Por el contrario, la UDR, con el triunfo fácil de Chirac en la primera vuelta y el de Jean Tiberi, en París, se está confirmando como el grupo que «tranquiliza» al electorado conservador francés frente al empuje de la izquierda.La debacle del reformismo «aleatorio y flojo» del giscardismo pudiera agravarse: de las cuatro elecciones que quedan pendientes para el domingo próximo, dos competidores son republicanos independientes y, en uno de los casos, no sería imposible que el candidato socialista obtuviese el triunfo. El Partido Comunista, por su parte, perdió electores, salvo en la circunscripción de Yvelines, en donde progresó un 6%.
Al triunfo de Chirac se le dio un valor significativo. En el 73 había obtenido el 51,7% y anteayer consiguió el 53%. Se cree que este resultado va a favorecerle en la tarea de hacer de la UDR un movimiento aglomerador de todos los franceses, con vistas a las municipales y legislativas futuras.
En el campo de la mayoría, el doble peligro (Chirac y la Unión de la Izquierda) parece haber aumentado para el presidente. Por iniciativa de Giscard d'Estaing, en los próximos días se va a lanzar otro llamamiento a la «unión de los franceses» entre los partidos reformistas, es decir, todos salvo la UDR. El fracaso de republicanos independientes, radicales y centristas no ha hecho más que confirmarse después de las cantonales de marzo último. El movimiento estará patrocinado por cincuenta intelectuales y el Libro Rojo, que servirá de guía ideológica, será en «Democracia Francesa», el ensayo de Giscard d'Estaing. La UDR y este conglomerado centrista, inspirado por el presidente de la República, competirán entre ellos con vistas a las legislativas.
Después del éxito que consiguió en las cantonales y del progreso constante que han venido anunciando los sondeos de la opinión, el avance del domingo último situó al partido de Mitterrand como el más fuerte del país y en la Unión de la Izquierda invirtió definitivamente la relación de fuerzas respecto al Partido Comunista. Muchos observadores han querido ver en este desequilibrio el origen de futuras y graves querellas entre los dos firmantes del programa común. La nueva línea del PC, adoptada en su XXII Congreso a principios de año, suprimiendo la dictadura del proletariado y, en general, afiliándose a la estrategia democrática de sus colegas italiano y español, no parece haberle dado resultados electorales.
Todo esto hace pensar que las tensiones aumentarán en el seno del PC y, paralelamente, en la alianza de los partidos de oposición, con los socialistas muy especialmente. Georges Marchais, secretario general y paladín del «revisionismo» del partido, declaró en vísperas de las legislativas parciales: Fueran cuales fueren los resultados, el partido no cambiaría su política ni una jota. En este mismo sentido se hacía observar, en muchos comentarios, que si el PS le gana terreno al PC en el campo de la izquierda es porque existe la alianza de la Unión.
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