Oposición al plan de reforma del casco antiguo
La Asociación de Vecinos de La Latina -en trámite- considera, en en un informe hecho público, que el Plan de Reforma Interior del Casco Antiguo de Madrid no debe realizarse tal y como está redactado, puesto que contempla unas fórmulas que parecen ser no apropiadas para la zona. En cambio, la Asociación solicita que el barrio sea conservado, adecentado y consolidado.
Según el Plan de Reforma Interior del casco antiguo de Madrid se pretende disminuir la densidad de población del barrio de cien mil a sesenta mil personas. La fórmula a utilizar consiste en reducir el volumen de edificabilidad, tanto con las alineaciones exteriores con la calle, como las interiores (los patios de manzana), y reservando algunos espacios a zonas verdes, que estén actualmente ocupados por viviendas, por lo que lo que se estipula es que cuando se tiren, no se podrá edificar de nuevo.Entre las diversas formas de actuación probables, el Ayuntamiento ha escogido una mixta, consistente en que él mismo aportará cantidades a fondo perdido, y que sobre esta base económica se utilizaría a veces la expropiación, y a veces la compensación entre los mismos vecinos. La Asociación prefería en cambio otra modalidad, consistente en que el Ayuntamiento realizaría toda la promoción, construyendo viviendas en solares propios para acoger a las familias que se fueran desalojando en las zonas expropiadas.
La Asociación calificó la actitud municipal como poco consecuente, ya que no se abordan los verdaderos problemas del barrio, como son la educación v las condiciones sobre las que ésta se desarrolla.
Una parte del estudio del Ayuntamiento está dedicada a la consideración de las posibilidades de remodelar la zona industrial compuesta por las calles de Embajadores. Antonio Armona, Santa María de la Cabeza y Ronda de Valencia, para que se vea convertida en una zona residencial. La Asociación de Vecinos de La Latina considera que esta zona debería más bien dedicarse a la construcción de los centros escolares y las viviendas sociales que precisa el distrito y que resolvería en parte los problemas de la población a este respecto.
Profundidad
La Comisión de Urbanismo y Vivienda de la Asociación acusa al estudio municipal de falta de profundidad, toda vez que no se abordan en él las alternativas de conservación de la zona que puede ofrecer el plan, sino únicamente su destrucción Paulatina. «Le falta a este plan todo lo que debe ser un Plan de Ordenación: análisis profundo de las condiciones físicas de las edificaciones, alternativas para su conservación, problemas socio-económicos de la población, características culturales propias, tipos de usos de los espacios urbanos peculiares, análisis del comercio y de las industrias artesanales, alternativas de transformación para estas formas de producción, datos reales de deficiencias escolares, guarderías, etcétera».El mismo informe insiste en que «no existe nada más antieconómico que, construir ahora con solares antiguos. Por otra parte, se construirían edificios más nuevos de los que hay, pero no más sólidos... Aquí no se ha caído ninguna casa. La solución está en reparar, adecentar, consolidar lo que hay».
Termina el estudio de la Asociación proponiéndose «solicitar del Ayuntamiento un auténtico Plan de Ordenación Urbana que tenga en cuenta toda esa serie de problemas urbanos. Esto nos llevaría a conseguir un barrio donde contemos con espacios verdes, plazas, guarderías, colegios, clínicas, locales pata jubilados -no como los actuales-, tráfico ordenado -menos coches v más autobuses-, comercios como los actuales -no grandes almacenes-, industrias artesanales que había que conservar y mil cosas más que debemos plantear entre todos».
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.