Admitida la querella de Robledo de Chavela
El Juzgado de San Lorenzo de El Escorial ha decidido admitir la querella presentada el pasado día 8 por los familiares de Isidro Aldea, vecino de Robledo de Chavela, fallecido el 14 de septiembre como consecuencia, según la misma querella, de los golpes que, al parecer, le propinaron.
La querella fue admitida el 14 de octubre, después de que la esposa del fallecido se ratificara ante el juez de los extremos denunciados. El hecho de la admisión implica únicamente, que la querella está presentada de acuerdo con los trámites que marca la ley, y que los hechos presentan la apariencia de delito.Por otra parte, desde hace varios días, miembros de la Brigada Regional de Investigación Criminal se han trasladado a Robledo para investigar el suceso. Se está procediendo al interrogatorio de varios vecinos y se habló con la esposa, Antonia Carmona. No hemos podido averiguar si también se ha interrogado a los querellados. Cuando la Brigada haya concluido sus interrogatorios, las conclusiones se pondrán a disposición del magistrado encargado del caso, quien podrá llamar o no a los testigos para corroborar las declaraciones.
No cabe duda que los habitantes de Robledo están pendientes de las menores novedades del caso. En el pueblo se respira un ambiente de cierta tensión. El bar Piquío, propiedad del alcalde, Claudio Camargo y lugar donde según parece comenzó la disputa, se ve anormalmente vacío, como si los vecinos, tácitamente, le hubieran declarado una especie de boicot.
Hace unos días, una persona residente de otro pueblo, se cree que de Hoyo de Pinares, se plantó frente al bar y comenzó a insultar al alcalde. Como nadie le hizo caso, se metió dentro del establecimiento con ánimo de provocación, Avisada la Guardia Civil, fue obligado a abandonar el pueblo. Parece que ha habido también algunos roces entre las esposas de los implicados y otras mujeres del pueblo que se encontraban en corrillos comentando los hechos.
Los serenos municipales siguen en su puesto, haciendo el servicio, por las calles. No se ha podido comprobar el que desaparecieran rápidamente, retirados o comprados, los periódicos que en días pasados han facilitado información sobre el suceso, según algunos rumores recogidos.
Por su parte, el alcalde, Claudio Camargo, ha preferido no acceder a nuestra petición de entrevista, manifestando su deseo de no declarar nada, ya que sería repetir lo mismo que ha relatado otras veces. A lo largo de estos días, el señor Camargo ha sostenido la teoría de que todo este asunto se debe a un complot en su contra, mantenido por una determinada familia, quien habría pagado a los testigos e influido en las redacciones de los periódicos para que se desorbitaran los hechos. También negó que el Ayuntamiento esté dominado por un clan familiar -el suyo- en base a que su sobrino entró como auxiliar administrativo, y su hermano como concejal, cuando él aún no era alcalde.
Por su parte, un portavoz de la familia de Isidro Aldea ha manifestado:
«Queremos hacer hincapié en que no existe ningún complot contra nadie. Insistimos en que este suceso lo consideramos como dentro del campo de los delitos comunes, y que por tanto, nadie trata de politizar nada. Todo está en manos de los tribunales de justicia en los que confiamos para que se aclare la verdad».
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