Demografía y Parlamento
En las declaraciones hechas por Luis Gómez Llorente, del ejecutivo del PSOE, en la reunión mantenida con delegados europeos en la conferencia de la Unión Interparlamentaria, y publicadas ayer en EL PAIS, el señor Gómez Llorente dijo, entre otras cosas, que la legislatura que surja del proyecto de ley carece de la necesaria legitimidad democrática, debido a que el sistema de elección del Senado otorgaría la mayoría de los asientos del mismo a las provincias más despobladas, lo cual tendería a asegurar una mayoría conservadora en las Cortes. Como consecuencia de ello se considera partidario de que en el referéndum se pregunte si se quiere elegir una cámara constituyente única, aunque el señor Gómez Llorente no especifica qué tipo de representación le agradaría que tuviera esta única cámara legislativaDe acuerdo con esta declaración, varios de los países considerados generalmente como democracias, tales como Australia, Estados Unidos y Canadá, por citar algunos, tendrían que dejar de pertenecer a la categoría de países democráticos. El senado australiano está formado por diez senadores por cada uno de los seis Estados que difieren grandemente en el número de sus habitantes. En los Estados Unidos, cada uno de los 50 Estados está representado por dos senadores en la cámara alta del Congreso. En Canadá, considerada como otra democracia, unos ocho millones de canadienses que viven en áreas de grandes ciudades con poblaciones de 100.000 o más habitantes eligen 99 MP, alrededor de uno por 81.000 personas; tres millones que viven en ciudades de tamaño medio eligen 16 MP: Mientras que siete millones que viven en zonas rurales o en ciudades de menos de 12.000 habitantes eligen 150 MP, es decir, uno por 47.000 personas.
Cómo se ve, la existencia de la democracia no depende de una determinada forma de elección o del número de cámaras que formen la legislatura. La flexibilidad en materia de organización es compatible con la «ldea democrática» y detalles de organización, como igual representación por provincia, sin considerar los habítantes de las mismas, no son tan determinantes de la presencia o ausencia de democracia como el portavoz del PSOE parece creer. Lo que realmente es esencial a un gobierno democrático es una competición abierta para el control del gobierno combinada con una adecuada oportunidad para que todos los individuos y grupos participen en la discusión y negociación que culmine en el establecimiento de la política gubernamental.
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