_
_
_
_
_

Bélgica: enfrentamiento de etnias y lenguas diferentes

Como ocurre cada seis años, los belgas renovarán hoy, por sufragio universal, sus alcaldes y consejeros municipales. Las elecciones deberían limitarse a su estricto sentido municipal. Sin embargo, la crisis económica y, sobre todo, los problemas lingüísticos y regionales convierten el voto de este domingo en un plebiscito para el Gobierno. La oposición socialista y comunista pretende demostrar a la coalición social cristiana liberal en el poder, que gobierna por escasa mayoría gracias al apoyo de un pequeño partido lingüístico valón, y que el «giro a la izquierda» de una mayoría del electorado reclama la necesidad de una reforma política, y sobre todo, la clarificación definitiva de la situación de las dos grandes etnias -valones y flamencos- que componen el país. El centralismo y el autonomismo se enfrentan también en estos comicios.

Más información
Bélgica en cifras

No sería la primera vez, por otra parte, que las elecciones municipales provocan en Bélgica una situación de crisis gubernamental, que conduce el anticipo de elecciones legislativas previstas para 1978. Hay que esperar a los resultados de esta noche para saber si las esperanzas de los partidos (todos dicen que van a prosperar) se cumplen.La existencia de partidos «políticos» y de partidos «linguísticos» de flamenco y valones (más una pequeña minoría de belgas de habla alemana), complica el panorama electoral para el observador extranjero.

Los propios belgas confiesan incluso, en algunos casos, sus dificultades en entender coaliciones antinaturales, desde un punto de vista político, pero justificadas desde una óptica lingüística. Como por ejemplo las listas de «Unión de Flamencos», que en ciertos distritos bruseleneses unen a miembros de la radical «Volksunie», considerada fascistoide con militantes socialistas del ala flamenca del PSB. Otra lista electoral une en un mismo combate progresista a comunistas y a cristianos de izquierda.

El CVP (Partido Socialcristiano Flamenco) es el primer, partido político de Flandes, zona lingüística de Bélgica con mayor número de habitantes y con una economía más moderna y dinámica que la de Valonia.

Presentamos candidatos en todos los municipios. Nuestro objetivo es puramente municipal. Esperamos progresar, ya que fue a iniciativa de nuestros partidos que logramos la fusión de municipios, para darles mayor eficacia, pasando de 2.359 a 589 en la actualidad, declaró a EL PAIS, Ronie Gerard, director del servicio de prensa del PSC (Partido Social Cristiano, francófono).

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Socialistas y comunistas, en la oposición junto con otros dos partidos lingüísticos, no ven las cosas bajo el mismo prisma que los dirigentes socialcristianos o liberales en el poder.

A. Leonard, secretario nacional del PSB (Partido Socialista BeIga) manifestó a EL PAIS que estas elecciones municipales serán un primer golpe para el Gobierno Tindemans. La crisis, la inflación, el desempleo, alcanzan niveles insoportables para la clase trabajadora.

El actual Gobierno es un cadáver que todavía respira, declaró Henry Simonet, vicepresidente de la Comisión Europea de la CEE, que abandona su puesto comunitario para dedicarse otra vez a la acción política nacional, como rniembro del PSB y alcalde de uno de los 19 Ayuntamientos de la aglomeracion bruselense, Anderlecht.

Los socialistas, primera fuerza política en Valonia, presentan candidatos en el 90 por 100 de municipios del país. Califican las elecciones como un «test» para la coalición de derechas socialcristiana-Iiberal.

El PCB (Partido Comunista Belga) muestra una línea de actuación parecida al PSB. Dice contar con candidatos en un tercio de las listas electorales en toda Bélgica, a pesar de su escasa representatividad política en la Cámara de Representantes, donde tienen cuatro escaños.

Políticamente, los partidos ven en las municipales un enfrentamiento democrático entre el Gobierno y, la oposición.

Los partidos denominados lingüísticos, que defienden por encima de ideas políticas los intereses de Flandes, Valonia o la aglomeración de Bruselas, adquieren cada vez mayor importancia en la vida política belga.

A nivel oficial se reconoce, y se aplica, el bilingüismo valón (francés) y flamenco (holandés), respetando los derechos de una minoría de unos 60.000 habitantes de expresión alemana, que convierten Bélgica en Estado trilingüe.

Formamos coalición con otros partidos flamencos. Nuestro objetivo es reforzar la posición flamenca ante el próximo diálogo comunitario. Queremos una fusión de los 19 Ayuntamientos de la aglomeración de Bruselas en uno solo, con paridad lingüística entre el flamenco y el francófono, declararon a EL PAIS miembros del comité ejecutivo de la Volksunie (Unión del Pueblo Flamenco), que luchan por un federalismo a «dos» entre flamencos y valones.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_