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''España quiere gobernarse como los demás países"

«España es un país moderno, cuyos hombres sienten y se comportan como aquellos otros que pertenecen a su misma área geográfica y cultural, y que quieren gobernarse conforme a idénticas coordenadas y presupuestos», dijo ayer el ministro español de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, en su discurso ante los asistentes a la conferencia de la Unión Interparlamentaria.

Más adelante dijo que el rasgo principal de la política exterior española es la continuidad, condicionada por las coordenadas de Europa, Hispanoamérica, el mundo árabe, Estados Unidos y el Vaticano. Citó también el reciente proceso descolonizador realizado por España, así como la existencia de Gibraltar como colonia.Respecto al tema de la seguridad internacional, señaló que ésta debe fundamentarse, entre otras bases, en el respeto y reconocimiento de los derechos y libertades del hombre, y en la cooperación entre las naciones. A este respecto, citó la decisión del Gobierno español de suscribir los pactos sobre derechos humanos, que él mismo firmará en Nueva York el próximo martes.

Afirmó que la distensión no ha logrado traspasar la barrera de la aventurada paz armada, ni evitar los conflictos bélicos localizados, y añadió que nunca se llegará a una verdadera paz mientras grandes masas de población no conozcan más que el hambre, la miseria y la enfermedad.

Terminó afirmando que la subsistencia de focos de tensión es un obstáculo insalvable para la consecución de un mundo más pacífico, en el que la seguridad debe ser considerada como un todo indivisible.

Intervenciones de los parlamentarios

Antes del discurso del señor Oreja, intervinieron en esta sesión de la mañana diversos asambleístas. Entre ellos, el señor Gustavsen, de Noruega, se mostró sorprendido de que se hubiera escogido España como sede de esta conferencia hace tres años, aunque -según dijo- no le hubiera sorprendido tal decisión hace tres meses.Aludió también a lo que calificó de aplastamiento del sistema parlamentario español, hace cuatro décadas, y mostró su satisfacción por el actual proceso democratizador. Pidió también la libertad para todos los presos políticos y la legalización de los partidos.

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A esta intervención contestó el señor García Valdecasas, quien indicó que nuestro país tiene una larga tradición en el derecho y que se encuentra en una fase de renovación y de olvido de la guerra civil. Dijo por último que España ha encontrado la paz y pide que se le respete.

Tingsabadh, de Tailandia, se refirió también al proceso emprendido por su país, hace dos años, para alcanzar la democracia.

Los representantes de Hungría, Finlandia y Yugoslavia insistieron en el tema de la distensión internacional y la paz, igual que el de Irán, que además opinó que el aumento del precio del petróleo ha constituido un paso importante para la consecución de un orden más justo.

Los representantes de Túnez y Jordania citaron las violaciones de los derechos palestinos por parte de Israel, mientras el representante de este país recordó a los judíos que sufren inconvenientes en la Unión Soviética y expuso el deseo israelí de vivir en paz con sus vecinos, dentro de un cuerpo defendible.

La conferencia continuó por la tarde, con la intervención de representantes de países tercermundistas, socialistas y algunos países occidentales, que hablaron principalmente de Oriente Medio, Namibia, Sudáfrica y Rodesia, y venta y proliferación de armas.

Después, el ministro español de Asuntos Exteriores les ofreció una recepción en el palacio de Santa Cruz.

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