El vacío
Hay una especie de huida general en la Federación Española de Atletismo. Técnicos y dirigentes de alto nivel han abandonado el atascado carro del señor Forcano. Falla la estructura y fallan los equipos directivos. Una vez más, queda el vacío.
Estamos a dos pasos del comienzo de la temporada invernal y, que se sepa, no existe la más mínima planificación para el cross y la pista cubierta. En atletismo seguimos improvisando. Fracasado el equipo Forcano se impone el cambio, pero lo lamentable está en el hecho de que también entre los cuadros técnicos hay que buscar nuevos responsables. Vuelta a empezar. Es incomprensible que el organigrama técnico dependa siempre de las teorías o los caprichos de los directivos de turno. La labor de futuro, de esta manera, es imposible.
Es lógico que cualquier organización renueve sistemas y hombres, pero no al modo del atletismo español. El técnico debe ser un hombre libre de los riesgos que impone la política cambiante de los dirigentes.
Los entrenadores españoles y sus pupilos, nunca saben en qué condiciones van a estar ligados a la Federación y cuánto tiempo pueden disponer de los medios idóneos para una preparación adecuada. A nuestro pobre atletismo se le pierden por el camino juniors capaces de estar entre los mejores de Europa, porque en el salto a la gran competición no se sienten impulsados. El mundo del atletismo está siempre acosado por la desesperanza.
