El diplomático cingalés Shirley Amerasinghe, presidente de la Asamblea General de la ONU
La Asamblea General de la ONU, que inaguró el martes su XXXI período de sesiones, eligió al ceilandés Hamilton Shirley Amerasinghe presidente de esta Asamblea que hasta poco antes de las Navidades tiene ya en su agencia unos ciento veinticinco temas.
La primera cuestión que ha tratado este magno foro mundial, tras el acostumbrado minuto de silencio y la elección de Amerasinghe, fue la de admitir a la recién nacida República de las Seychelles, en el Océano Indico, y cercana a Africa como el estado 145 miembro de la Organización Mundial.
La primera sorpresa de la inauguración ha sido la decisión de Corea del Norte de retirar su demanda de que sea sometida a debate la «cuestión coreana». Corea del Sur exhortó inmediatamente a sus partidarios a que abandonasen el tema.
La misión observadora de la Organización de Liberación de Palestina solicitó le sea concedido estatuto entre los diplomáticos y en consecuencia pidió le sea concedida una mesa, micrófono y que se coloque su nombre en el salón de la Asamblea. La cuestión fue resuelta de una manera diplomática, y la OLP tendrá lo que pidió, pero esto ha sido concedido igualmente a otros siete obsservadores, entre ellos la Comunidad Económica Europea, la Organización para la Unidad Africana y la Organización de Estados Americanos.
Ayer fueron elegido también los presidentes de los siete comités, de procedimientos y los 17 vicepresidentes de la Asamblea. Los debates propiamente dichos comenzarán el próximo lunes 27, con un récord de participación de 135 delegaciones. En una charla informal antes de las sesiones, el secretario general Kurt Waldheim dijo que en la anterior asamblea se produjeron no menos de diez mil quinientas noventa páginas de informes oficiales.
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