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Atletismo

Wszola supera a Brumel y se acerca a Stones

Uno de los grandes favoritos a priori para ganar medalla de oro en Montreal era, sin duda, el norteamericano y recordman del mundo de salto de altura, Dwight Stones. Su superioridad en la escena mundial desde que superó por primera vez los 2,29 oficiales de su compatriota Matzdorf y extraoficiales del chino Ni Chi Chin, ha sido manifiesta. Sin embargo, en Montreal, un polaco de 19 años, Jacer Wszola, sólo conocido por haber sido campeón de Europa junior en 1975, se impuso con 2,25, contra la lluvia -que tanto perjudica a Stones-, los abucheos del público al norteamericano -bronce- y los gritos de aliento al candiense Joy, medalla de plata. Ahora, en Coblenza, Wszola acaba de batir el viejo récord de Europa del legendario Valery Brumel, con 2,29 metros.En la reunión de la localidad alemana también participó Stones. El recordman del mundo quedó en 2,21 y fue derrotado por cuarta vez de las siete ocasiones en que ambos atletas se han enfrentado hasta ahora. Wszola incluso mandó colocar el listón a 2,33, altura que de sobrepasarla hubiese batido el récord de Stones, -2,32- y a punto estuvo de superarlo en el segundo intento. Indudablemente su progresión es impresionante y en cuestión de pocos meses ha demostrado que quizá sea él y no Stones el primero que llegue a los ya citados con frecuencia, 2,40 metoros.

Con los 2,29 obtenidos por Wszola, cae una barrera más establecida nada menos que hace 13 años, exactamente en 1963, por el legendario Valery Brumel. Se ha necesitado, en efecto, ese tiempo para superar una plusmarca, 2,28, que el malogrado soviético colocó adelantándose muchos años a su tiempo -un caso parecido a Beamon y sus 8,90 en longitud- Brumel mejoró en tres años el récord europeo, y que inmediatamente sería también mundial- nada menos que en 12 centímetros: desde los 2,17 que batían en 1960 por uno los 2,16 de su compatriota Stepanov, hasta los 2,28 citados en 1963. De no haber sido por un desafortunado accidente de moto y la rotura de una pierna su límite habría ido seguramente más lejos. Sólo en 1970, y de forma extraoficial por estar China Popular fuera de la IAAF, Ni Chi Chin logró los primeros 2,29 que cerraban una época. El rodillo ventral, estilo clásico, era aún único imperante en el mundo. Incluso un año después, en 1971, otro «ventralista», el norteamericano Pat Matzdorf, obtenía oficialmente esos 2,29. Sin embargo, Fosbury, vencedor en los Juegos Olímpicos de México, 1968, aunque no iba a acercarse a esas marcas, abría ya entonces un camino que muchos atletas siguieron. Stones, el más aventajado, pasó en 1973 los 2,30 y en el presente año, 1976, antes y después de los Juegos de Montreal, lo subió un centímetro, 2,3 1 y 2,32.

La cuestión ahora, aparte ya de que en Montreal Wszola se aprovechó también del bajo rendimiento de Stones cuando llueve, es si el polaco, con una progresión fabulosa y con su juventud, no pasará dentro de muy poco a ser el «primero de la clase». En 1973 saltaba 2,08 -siempre en estilo fosbury-; en 1974, 2,20; 1975, 2,23 y 11976, 2,24, 2,25 y 2,29. Un simple cálculo hace ver que en el mismo plazo de tiempo.-3 años- Brumel mejoró su marca 11 centímetros, Wszola lo ha hecho en 21. Naturalmente no ha batido records hasta ahora como el soviético, pero su progresión para la edad que tiene -hasta el 30 de diciembre no cumplirá los 20 años- es única en la historia del atletismo. Para los próximos Juegos Olímpicos de Moscú, 1980, sin ir más lejos, tendrá los mismos años que ahora cuenta Stones. Sintomático.

Con 1,90 metros sólo 74 kilos de peso, Wszola tiene la complexión longilínea ideal para los saltadores de estilo fosbury. Su perfección al practicarlo es casi absoluta, pues une a la velocidad de carrera una potencia de salto grande y un golpe de riñones adecuado para superar en lo alto el listón. Su propio padre, que es también su entrenador, reconoce que tiene toda la morfología para el estilo y no para la ventral, que nunca ha practicado. Este, que parece francamente en baja como se puede apreciar en las tablas adjuntas, necesita de una potencia de salto, más que de velocidad, difícil de lograr a las alturas en que están situadas las cotas máximas actuales. De cualquier forma, el futuro, que ya se presenta interesantísimo con el duelo de «fosburystas» Stones-Wszola, lo dirá.

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