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Ni el Atlético ni la afición cumplieron

El partido de despedida a Adelardo resultó un tanto pobre de asistencia y de juego. La selección mexicana hizo un fútbol lento y de muchas precauciones, y el Atlético sólo contentó a la parroquia en los diez primeros minutos de la segunda mitad. Para colmo, hubo la mala suerte de que los visitantes se vieran más favorecidos por la fortuna en el remate y se anotaran la victoria.No ha tenido suerte Adelardo. No es que su homenaje haya resultado un fracaso, pero tampoco ha sido lo brillante que él merecía. En principio, hay que señalar que la fecha estaba mal escogida, porque el hecho de que los aficionados rojiblancos ya hubieran tenido la oportunidad de ver en acción al equipo tres veces en esta pretemporada (los dos partidos del Villa de Madrid y la final del Carranza, televisada), restaba alicientes a este encuentro, en el que el equipo se enfrentaba además, a un conjunto que en sí no resulta muy llamativo.

Y sobre el pequeño fracaso económico y de calor se sumó el deportivo, pues el Atlético, pese a no jugar peor que el rival, perdió el partido Y no gustó.

La selección mexicana no es ni más ni menos que lo que se podía esperar: el conjunto que pueden formar los mejores jugadores de un país de segundo orden en el mundo del fútbol. Algún elemento destacado, un ordenado juego de conjunto y nada más. Según los usos extendidos por todo el mundo, tiene cierto gusto por el juego defensivo y de destrucción, de forma que no colaboró para nada al lucimiento de lajornada.

Enfrente, un Atlético que parece a punto de entrar en su punto, pero que no termina de hacerlo. La primera parte resultó aburridisima, jugada con un ritmo lento porparte de los dos equipos, con bastantes precauciones y con muy pocas ac ciones de peligro en ambas áreas.

El Atlético se mostró falto de inspiración y de velocidad en su juego de conjunto, y la selección mexicana, consciente de lo mucho que se valoraría en su país un buen resultado en este encuentro, se echó atrás, contraatacó de cuando en cuando y se entregó a la tarea de hacer lo que llamamos un fútbol práctico, que casi siempre equivale a decir aburrido.

En los diez primeros minutos de la segunda mitad, el Atlético mostró otro aire acertó generalmente en las combinaciones, se movió con rapidez y sacó, en tan pocos minutos, cinco córners, al tiempo que ponía varias veces a prueba a Castejón. un buen portero. El público aplaudió y lo pasó bien pero poco duró aquello. El Atlético, de forma paulatina, se fue deshinchando, en parte por culpa del flojo rendimiento de algunas de sus individualidades, entre ellas Robi, que salió en esta segunda mitad y que parece un suplantador del que jugaba en el Salamanca. La selección mexicana continuó con su juego cauto y simple, y atrajo hacia su área al Atlético, que, eso sí, luchó como pudo por el resultado. Fue muy frecuente ver a Pereira en la delantera; tan frecuente como comprobar que Tirapu, en ocasiones, se veía desguarnecido y en apuros. Mediada esta segunda mitad, Medina alcanzó en un contraataque el fruto de un golito, y con eso terminó el equipo mexicano de encerrarse atrás. La presión del Atlético, falto de inspiración, no sirvió para nada, y el marcador se detuvo en ese solitario gol. No dejó de ser desgraciada la derrota porque el Atlético podría haber alcanzado un tanto quizá con más merecimientos que su rival, pero lo cierto es que en su juego no hubo el margen de superioridad preciso. A cuatro días vista de la Ligá, Luis tiene motivos para sentirse preocupado. Las lesiones y la falta de forma de algunos de sus jugadores le han salido al paso, y le han impedido dar con un sistema ideal y los hombres apropiados para llevarlo a cabo. Ahora se verá obligado a comenzar la Liga con probaturas.

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