Huelga en la cárcel neoyorquina de Attica
La mayor parte de los presos de la cárcel de Attica se encuentran recluidos voluntariamente en sus celdas en protesta pacífica contra las condiciones de la prisión y para forzar a las autoridades del Estado a negociar una lista de nueve reivindicaciones.
La prisión neoyorquina de Attica se hizo tristemente célebre hace cinco años, cuando los reclusos de la cárcel tomaron la prisión durante cinco días. En la posterior intervención de las fuerzas de seguridad murieron 32 presos y 11 rehenes.
Después de ser alertados por los funcionarios de la prisión en el sentido de que sólo 100 de los casi 2.000 internos de la prisión habían dejado el lunes sus celdas para comer, tres delegados del servicio penitenciario del estado de Nueva York se trasladaron desde Albany hasta la cárcel, para iniciar conversaciones con los líderes de los presos.
Los presos de Attica, han hecho saber sus intenciones de huelga en tres circulares que fueron pasadas por la prisión los días 4, 16 y 19 de agosto.
Entre las reivindicaciones de las huelguistas están la de que los presos sean confinados en cárceles próximas a su lugar de residencia, una reestructuración del sistema de reducción del tiempo de condena por buen comportamiento, y la extensión al mayor número posible de presos de los programas de descanso semanal.
Además los presos acusan de brutalidad a los guardianes y solicitan que se aumenten los salarios por el trabajo realizado en la prisión y se liberalicen las normas para las visitas familiares.
Las peticiones de los presos de Attica coinciden en gran medida con las recomendaciones hechas recientemente por una comisión oficial que estudió las condiciones de vida de las prisiones norteamericanas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.