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El Gobierno planea una ley de bases para la reforma

La tercera vía de la reforma parece, según ha podido saber EL PAIS, abrirse paso. Caben grandes posibilidades de que en el último Consejo de Ministros se hubiera abordado la fórmula de ley de Bases para afrontar los cambios de la democratización española. Esta ley de Bases no llegaría más allá del primer proyecto de reforma elaborado por el anterior presidente Arias Navarro -Cámara Alta de notables, con amplia jurisdicción, mantenimiento de los 40 de Ayete, Cámara Baja de diputados, elegida por sufragio, pero con poderes limitados- pero tendría como característica la entrega de un cheque en blanco -por su carácter de ley de Bases- al Gobierno. En círculos de la oposición se estima que de salir adelante este proyecto de reforma, se daría un paso atrás en relación con lo propuesto por el equipo Arias Navarro, propuesta que -al menos, al ser ley articulada- era clara y abierta. Mientras que la ley de Bases dejaría al arbitrio unilateral, del Gobierno las posibilidades de su articulación.Esta propuesta de reforma mediante ley de Bases pretendería ser una alternativa a la hasta ahora reformista de la oposición -la llevada por José María Gil-Robles a La Zarzuela-: un referéndum prospectivo sobre el sistema democrático y la posibilidad de que la Corona llevara a cabo la reforma.

Medios de la Coordinación Democrática estiman como probable que la Presidencia del Gobierno trate de regresar al antiguo reformismo como alternativa a la apertura de una fase constituyente, conjuntamente avalada por los partidos de la derecha y de la izquierda. Los sectores más autoritarios del sistema insistirían por su parte en presentar la opción constituyente como un peligro para la continuidad del Estado.

Entre los integrantes de Coordinación Democrática se mantendría la tesis de que la negociación con los actuales poderes debe seguir cauces unitarios. De otro modo las visitas de la oposición a Presidencia reforzarían las iniciativas, del Gobierno sin contrapartida alguna a las fuerzas de Coordinación. A este respecto, la reciente entrevista concedida por Felipe González a France Press ha suscitado reservas en el conjunto de partidos de CD, en tanto en cuanto dichas declaraciones pudieran implicar la aceptación por parte del PSOE de que fuera el Gobierno de Adolfo Suárez el encargado de llevar a cabo las elecciones.

De otra parte, el PCE ha desmentido a EL PAIS que en su seno un ala mantenga tesis políticas autoritarias que de alguna manera pudieran coincidir con las sostenidas por Presidencia.

A pesar de los rumores extendidos tras la entrevista de Felipe González a France Press, el PSOE ha puntualizado: «Nuestra postura al iniciar conversaciones con el Gobierno se dirige a conseguir una negociación para establecer el camino hacia la democracia, pero no podemos negociar nunca ante un programa ya elaborado por el Gobierno sin contar con nosotros. »

Según el portavoz socialista, el presidente Suárez habría esbozado a Felipe González el programa y calendario reformista.

Otras fuentes señalan la posibilidad de que el Gobierno trate de llevar el proyecto de ley de Bases al Consejo de Ministros del día 24. Si en esta reunión se completara el estudio, se llevaría de forma definitiva al próximo Consejo -últimos de agosto- para su aprobación y pasaría en septiembre a las Cortes y al Consejo Nacional, donde previsiblemente sufriría nuevos recortes y modificaciones.

El problema determinante no radica en el calendario, sino en el hecho de que la oposición democrática pueda aceptar o no el que el referéndum se haga sobre la ley de Bases.

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