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Crítica:CINE / «LA JAURIA HUMANA»
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Parábola política sobre la vida americana

Arthur Penn es una de las figuras más representativas de la generacíón de realizadores procedentes de la televisión y el teatro incorporados al cine americano a últimos de los 50 y forma parte de un grupo en el que se cuentan autores tan interesantes como John Frankenheimer, Robert Mulligan, Sam Peckinpah y Sidney Lumet, entre otros. Su primera realización, El zurdo, era una aproximación muy personal al género del Oeste, aunque su nombre no alcanzaría resonancia popular hasta Bonnie y Clyde, su obra más conocida.La caza -título original de la película analizada, cambiado al actual por coincidencia con la obra de Saura del mismo nombre- es, en palabras del mismo Penn, una película de productor, es decir, un producto industrial firmado por Sam Spiegel, y en el que el realizador se limita a aceptar un guión ajeno, unos actores y técnicos con un presupuesto dado, sin intervenir en el montaje ni en la terminación del filme. Este sistema de trabajo, por otra parte, es muy típico de la industria americana y los escasos ejemplos de autoría completa se cuentan con los dedos de una mano. No se puede afirmar, sin embargo, que el sistema funcione mal; se trata de una división de funciones donde cada tarea está perfectamente delimitada, que ha producido obras fundamentales en la historia del cine mundial. Sería erróneo juzgar estas realizaciones ignorando los condicionamientos económicos que han presidido su nacimiento, pero tampoco es justo condenar sin más esta forma de hacer, basados en un pretendido purismo creativo.

La jauría humana (The Chase)

Guión de Lilian Hellman, basado en la novela del mismo nombre de Horton Foote. Fotografía de Joseph La Shelle. Realización de Arthur Penn. Intérpretes: Marlon Brando, Jane Fonda, Robert Redford, James Fox, Janice Rule, Angie Dickinson. Productor: Sam Spiegel. Película estrenada en el Palacio de la Prensa.

Obra autocritica

La jauría humana se presenta en su momento -1965- como una parábola política muy clara sobre la vida americana. Los recientes asesinatos de Kennedy y Oswald están presentes, alegóricamente, en el magnífico guión de Liliam Hellman, y el equipo de espléndidos actores, cuyo compromiso político ya se situaba entonces en una actitud contestataria y rebelde que el tiempo -sobre todo en los casos de las dos figuras estelares de Marlon Brando y Jane Fonda- ha radicalizado. Estamos ante una obra progresista, para decirlo en términos convencionales, y autocrítica; una superproducción dirigida al negocio de la taquilla, por supuesto, pero también construida como un mensaje político muy claro dirigido al pueblo americano. Arthur Penn, sometido a unas condiciones comerciales y políticas concretas, logra salir airoso del empeño y confeccionar un producto muy digno que sigue conservando hoy gran parte de su atractivo originario.

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