El Gobierno francés mantiene la prohibición para conmemorar el 40 aniversario del PSUC
La reunión de Perpignan, organizada por la federación comunista francesa de los Pirineos orientales, prevista para mañana domingo, día 25, para festejar el 40 aniversario del Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), definitivamente, no se celebrará. La intervención del PC francés ante el ministro del Interior, Poniatowski, para intentar anular la prohibición que anunció ayer el prefecto de la región, así como las gestiones del Partido Socialista, fueron negativas.En señal de protesta, a primeras horas de la noche de ayer, tuvo lugar una manifestación en Perpignan convocada por los tres partidos que integran la unión de la izquierda (comunistas, socialistas y radicales de izquierdas), y las dos centrales sindicales más potentes, CGT, comunista, y CFDT, socialista autogestionaria.
El secretariado del comité central del Partido Comunista Francés, publicó un comunicado en el que resaltó: «Cuando en España, incluso en los medios dirigentes, se evoca la perspectiva de una amnistía y la necesidad del pluralismo político, Giscard, al prohibir la reunión de Ageles, manifiesta, una vez más, su apoyo a las fuerzas más reaccionarias de Madrid, que se agarran desesperadamente a los vestigios del franquismo.»
Los organizadors del acto, en el que debían intervenir, entre otras personalidades, los señores Carrio y López Raimundo, secretarios generales del PCE y del PSUC, tenían prevista la llegada de unas 2.000 personas de Madrid y 10.000 de Barcelona. En París, a última hora, también se han suspendido todos los preparativos para el transporte de eran número de emigrados españoles que iban a participar en la fiesta en honor del PSUC. Un portavoz de la izquierda francesa declaraba anoche: «Es imposible no situar este acto ilegal del Gobierno francés en el contexto de la lucha de la derecha occidental contra los partidos comunistas y, en particular, contra el establecimiento de una verdadera democracia en España.» En los medios de la derecha el silencio absoluto parece fue la consigna. La prohibición del acto de Perpignan no dio lugar a ningún comentario.
