"Ningún partido político influye en Comisiones Obreras"

«Los miembros del nuevo Secretariado de la Coordinadora General de Comisiones Obreras se han ido decantando a través de la lucha y, en la actualidad, son la cabeza del movimiento obrero. Su filiación política es lógica, aun cuando su presencia en los cargos dirigentes de Comisiones responde a su condición de sindicalistas, por encima de cualquier interés de partido», dijo Nicolás Sartorius en el transcurso de la rueda de prensa celebrada durante la mañana de ayer para informar sobre el desarrollo de la asamblea general de CCOO, que tuvo lugar en Barcelona el pasado domingo, y de la cual EL PAIS dio amplia información en su edición de ayer.El interés de la reunión informativa se centró en la presencia que los partidos políticos puedan tener en Comisiones Obreras, señalándose por parte del nuevo Secretariado que el hecho de que el Partido Comunista cuente con 20 miembros entre los 27 integrantes del nuevo Secretariado de este movimiento de masas sociopolítico, «no significa ningún control por parte de este partido, ni ningún otro», sobre el movimiento de obreros que constituye Comisiones.

Abundó en este sentido Marcelino Camacho, afirmando que era lógico que los hombres de Comisiones Obreras, «que cumplieron con el deber de despertar del letargo de cuarenta años a la clase trabajadora española, hayan podido aguantar este largo período de represión, cárceles, destierros, sintiéndose identificados con determinadas líneas políticas».

José Torres, miembro también del Secretariado, reivindicó la exclusiva condición de sindicalistas de todos aquellos trabajadores que integran las Comisiones Obreras, «y en calidad de tal pertenezco al Secretariado -dijo-, con total independencia de mi partido».

Junto a la insistencia apolítica -entendido el término como exclusión de cualquier planteamiento que no sea estrictamente sindical- de Comisiones Obreras, la reunión del Secretariado con los informadores puso de relieve cierta división en el seno de Comisiones Obreras, al menos en los postulados esenciales del movimiento, es decir, los objetivos sindicales de su estrategia actual y de su futuro reorganizamiento en sindicato.

Esta división es el reflejo de las dos opciones que en la asamblea general celebrada el pasado domingo protagonizaron los partidarios de esperar a la consecución de las libertades para constituirse en sindicato unitario (con reconocimiento de las demás tendencias sindicales), por una parte, y los que propugnan, desde ya, la transformación de CCOO en un sindicato único.

Los miembros de Comisiones identificados con esta última facción entregaron a los periodistas asistentes a la rueda de prensa, la ponencia que en tal sentido presentó a la Asamblea Jerónimo Lorente y que fue rechazada por ésta con 65 votos a favor, según los ortodoxos de CCOO -100, según la información que acompaña a la ponencia-, al término de la reunión informativa.

La citada ponencia niega la existencia de unidad y libertad sindical en los actuales momentos y propone, como alternativa a esta situación, «que interesa al Régimen», la existencia de una gran central «que afilie a la mayoría de los afiliables y de otras varias que se repartan el resto minoritario. En tal sentido, la ponencia proponía a la asamblea, que adoptara la resolución de promover y organizar, desde estos momentos, una gran central sindical, invitando a iniciar este proceso a todas las corrientes sindicales (UGT, USO y otros).