Fuerte equipo olímpico para Montreal

El boxeo es uno de los deportes en los que España puede tener fundadas esperanzas de conseguir medalla en los próximos Juegos Olímpicos. Los cinco hombres seleccionados para representarnos en este deporte tienen calidad; cuatro de ellos llevan mucho tiempo disputando peleas internacionales y uno, Rodríguez Cal, consiguió ya la medalla de bronce en Munich. Naturalmente, el amateurismo de estos hombres es muy poco convincente.

Manuel Santacruz, apodado «Palenke», es el entrenador del equipo español de boxeadores aficionados desde hace doce años. El éxito de este equipo reside sin duda en gran parte en la continuidad. Palenke es hombre serio, conocedor del oficio y trabajador. Se ha mantenido en su puesto por encima de varios cambios de presidente de federación, y eso indica muy a las claras su eficiencia. El equipo que ahora tiene, compuesto de cinco hombres, es, a su juicio, el mejor que ha tenido nunca. Todos los componentes tienen en su palmarés éxitos de importancia. Sólo se han escogido cinco, a pesar de que España puede inscribir uno por categoría, porque se ha pretendido que sólo fuesen aquellos que ofrecen un máximo de garantías.Los escogidos llevan todo lo que va de año casi sin pisar por su casa. Entrenamientos y competiciones les han ocupado estos meses, y todo el plan se ha montado con vistas a los Juegos Olímpicos. Todo ha respondido a lo que se esperaba y los cinco se encuentran en perfectas condiciones. Estos son los hombres escogidos:

Rodríguez Cal. Peso minimosca. Nació en Avilés hace veinticuatro años. Lleva cinco en el equipo, consiguió la medalla de bronce en los últimos Juegos Olímpicos, dos medallas de oro en juegos del Mediterráneo, una de bronce en campeonato del mundo y una de plata y otra de bronce en campeonatos de Europa. Es el hombre de valor más contrastado del equipo.

Vicente Rodríguez: Peso mosca. Nació en Badajoz hace veintiún años. Lleva cinco en el equipo. Tiene medalla de plata en los campeonatos de Europa del año 73.

Juan Rodríguez: Peso gallo. Tiene veintiséis años, y lleva cinco en el equipo. Es natural de Almería. Tiene medalla de oro en los campeonatos de Europa del año 71 y de bronce en los Juegos del Mediterráneo del 72. Fue cuarto en los últimos Juegos Olímpicos.

Antonio Rubio: Peso pluma. Tiene veintiséis años y lleva siete en el equipo. Nació en Murcia. Obtuvo la medalla de bronce en los campeonatos de Europa del 75 y fue cuarto en los últimos Juegos Olímpicos.

Gómez Canet: Peso superligero. Tiene veinte años y lleva dos en el equipo. Es natural de Gerona. Obtuvo la medalla de plata en los últimos Juegos del Mediterráneo. Es el único del equipo que no estuvo presente en los últimos Juegos Olímpicos.

Mejor pagados que muchos profesionales

Naturalmente, el amateurismo de estos cinco hombres es muy poco convincente. La Delegación les pasa una cantidad mensual para compensarles de las ausencias de su trabajo, más unas dietas y unas primas por medallas que les colocan en una situación muy favorable con respecto a los profesionales. Evidentemente, a casi todos ellos les interesa mantenerse como aficionados, porque pelean menos (sólo tres asaltos por combate) y ganan más que muchos profesionales.

Si excluirnos a los Durán, Perico Fernández, Gómez Fouz, Velázquez, Urtain, Evangelista, Tony Ortiz y Pacheco, cabe asegurar que todo el resto de los boxeadores profesionales de España trabajan para ganarse la vida, porque les resulta muy difícil, acercarse con el boxeo a unas ganancias que les permitan vivir. Campeones de España de boxeo profesional como Mariano García, Bernárdez, Guinaldo, Lucas o Quintana Trujillo trabajan cada día como mecánicos, peones o camareros. Cumplida su jornada laboral cogen la bolsa y van al gimnasio para entrenarse con la esperanza de algún día llegar al título de Europa, única salida que les puede conducir a unas bolsas lo bastante cuantiosas como para permitirse el lujo de ser «auténticos profesionales del boxeo» y no tener que trabajar en otra cosa. Los cinco seleccionados olímpicos, sin embargo, llevan sin acudir a sus trabajos en todo lo que va de año, tienen una paga que les permite vivir, no han de entregar porcentajes a nadie y tienen ante sí la posibilidad de una bolsa que para sí quisieran muchos profesionales, si consiguen una medalla.