Congreso de la juventud andaluza

«Nosotros los jóvenes repudiamos un mundo en el que la certeza de no morir de hambre se cambia por el peligro de morir de aburrimiento. Tenemos un deber de ejemplaridad frente a la viciada y cansada, sociedad adulta. Por eso, nosotros los jóvenes, queremos plantear problemas, porque entendemos que justamente lo propio y lo característico de las juventudes plantear problemas, haciéndolos desde una generosa, desprendida e insobornable critica ética de la sociedad en que vivimos. Por eso queremos reunirnos en un gran congreso para plantear y discutir nuestros problemas, los de nuestra región, de nuestra Andalucía.»,

Así comienza un «Manifiesto a los jóvenes de Andalucía», presentado a la opinión pública en Sevilla. Esta iniciativa partió de un grupo de jóvenes de la Asociación Democrática de la Juventud y de los de algunos clubs juveniles de barrio. La asociación, compuesta por chicos de diversa extracción social y que observan distintas posturas políticas, pretende reivindicar los derechos laborales, sociales y políticos de la juventud y unificarla en la consecución de esos derechos. Con tal motivo hacen un llamamiento a toda la juventud a fin de discutir problemas y preparar congresos locales y provinciales previos al que proyectan con carácter regional para finales de verano.

Para financiar el proyectado congreso, los jóvenes pretenden poner en circulación unos bonos que otorgarían a sus poseedores el derecho a asistir a los actos culturales y recreativos que se organicen con motivo del citado congreso.