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Gana la Democracia Cristiana pero avanzan los comunistas

A las 3,30 de la madrugada de hoy, los cómputos provisionales de las elecciones italianas daban el triunfo a la Democracia Cristiana, seguida de cerca por el Partido Comunista. A lo largo de varias horas de altibajos y tensiones, democristianos y comunistas entablaron una durísima batalla por la supremacía electoral. Por de pronto, la DC mantiene con ligeros cambios sus porcentajes en relación con las legislativas de 1972, mientras que la «subida» del PCI sólo puede ser calificada de espectacular cuando habían sido computados el 99 por 100 de los votos para el Senado y casi el 83 por 100 para la Cámara de Diputados. Según, el Ministerio italiano del Interior, el número de votantes fue, en estas elecciones legislativas ligeramente superior al 93 por 100.

Los resultados de las elecciones italianas, todavía provisionales, sólo pueden interpretarse de un modo: los italianos están con «el compromiso histórico». Los democristianos y comunistas mejoran sus posiciones, retroceden los republicanos, socialdemócratas y socialistas; sufren grandes pérdidas los neofascistas del Movimiento Social y prácticamente desaparecen (con gran sorpresa de todos), los liberales. Se ha producido una polarización del electorado y esto supone que el Gobierno que deba formarse habrá de contar con los comunistas, a no ser que se vaya a un Gabinete de concentración nacional y a nuevas elecciones en poco tiempo.El senador Fanfani, presidente de la Democracia Cristiana y líder de su ala derecha, ha declarado que los italianos han renovado asu partido el primado democrático de la mayoría relativa y que el partido del escudo cruzado sigue siendo «la garantía. democrática de la política italiana». Nadie discute hoy en Roma esto.

A su vez, el secretario general del Partido Comunista, Enrico Berlinguer, ha dicho: «Se ha cerrado la época en la que se intentó gobernar sobre la base el prejuicio anticomunista». Giancarlo Pajetta, otro dirigente del PCI, había precisado antes: «Nosotros jamás quisimos participar en el entierro de la Democracia Cristiana».

¿Qué sucederá después de que se constituya la séptima legislatura? Es todavía prematuro aventurarlo; siquiera sea porque aún se desconocen los resultados definitivos de estas elecciones. Se conocen, en cambio, sus primeras consecuencias: el rasgamiento de vestiduras. registrado en la directiva socialista, que ha conducido a la dimisión de su vicesecretario, Giovanni Mosca. Un comunicado de la secretaría general del PSI califica esta iniciativa (Mosca ha pedido igualmente la dimisión colectiva del grupo dirigente) como «un acto de responsabilidad después del grave jaque mate sufrido por el PSI a consecuencia de la equivocada elección de su secretariado nacional y de la mayoría de la dirección».

Estas elecciones se presagiaban violentas, sobre todo después de los asesinatos de Sezze Romano y de Génova. Y no ha sido así. La afluencia de votantes a las urnas ha sido ligeramente inferior a las anteriores ocasiones. Este abstencionisino puede interpretarse como la mejor prueba de que no han funcionado los miedos que algunos partidos quisieron provocar.

La no violencia y la abstención isignifican a la postre estabilidad electoral, mayor ía de edad política de un pueblo.

Por lo demás, estas elecciones no han hecho sino confirmar la inclinación política de los italianos hacia la izquierda. Del 19 por 100 Idgrado por el PCI en las elecciones del 18 de abril de 1948 al 33,5 por 100 obtenido en los comicios regionales del 15 de junio de 1975, este país ha experimentado el cambio que supone que el electorado femenino no sea ya el ejército de reserva del conservadurismo y que los miedos religiosos no funcionen ya en amplios sectores de la población. El ¿ompromiso histórico hecho una realidad. El pueblo romano, tan dado a las «barzellet» (chistes), cuenta ahora la siguiente: En la última fiesta de L'Unita, periódico del Partido Comunista italiano, se anunció por un altavoz lo siguiente: «El compañero que haya perdido un rosario puede pa sar a recogerlo por secretaría».

Información en págs. 3 y 40.

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