Boicot parcial a las galerías comerciales del barrio de Las Aguilas

El pasado viernes se registró en el barrio de Las Aguilas, de Carabanchel, un sensible boicot a las galerías comerciales del barrio. Esta misma situación se había producido el pasado miércoles, después de que una nutrida representación de vecinos se personó en una de las galerías comerciales de la zona para informar sobre la situación de las gestiones para conseguir un mercado, objetivo prioritario de las reivindicaciones de los vecinos.Hace meses que la Asociación de Vecinos de Las Aguilas y de las Amas de San Ignacio de Loyola plantearon ante la Delegación de Abastos del Ayuntamiento de Madrid la solicitud de un mercado municipal en la zona, que además de solucionar el problema de abastecimiento, contribuyera a paliar la especulación en precios de artículos de primera necesidad que las galerías comerciales imponen. Esta solicitud, admitida en principio y por diversos conductos, se demora en su realización. Por esto, se planteó un programa de apoyo a estas reivindicaciones. El boicot ejercido sobre las galerías comerciales, con disminución sensible de compras, repercutió -según dicen los vecinos- en los precios de las galerías de una forma fulminante, ya que éstos bajaron notablemente. «¿Por qué no sucede así todos los días del año?», añadieron.

El pasado domingo se suspendió una asamblea en la que se iba a tratar el tema del mercado y proporcionar a los vecinos información sobre las visitas que la as asociación había efectuado al delegado de Abastos del Ayuntamiento, señor González Liberal, y al jefe de la Junta Municipal de Distrito, señor Bañales. Los dos prometieron llevar el tema del mercado al pleno que el próximo día 24, si no hay cambios, celebrará la Cúrporación municipal madrileña. Este tema ha sido.expuesto anteriormente en ruedas de prensa del Ayuntamiento y, según dice a los vecinos, es muy probable que a finales de mes esté aprobada la construcción de este mercado. No obstante, la suspensión de la asamblea del pasado domingo hizo pensar a los vecinos que, una vez más, la construcción del mercado se iba a demorar y por ello surgió la campaña de presión hacia las galerías comerciales. El barrio, de ochenta mil habitantes, siente la urgente necesidad de un mercado municipal.