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El Parque de Mar costará, a Palma de Mallorca 130 millones de pesetas

Ciento treinta millones de pesetas le costará al Ayuntamiento de Palma rescatar el Parque de Mar, cuyos concesionarios han llegado ya a un acuerdo con los representantes municipales para que la ciudad pueda, por fin, disfrutar de un auténtico parque, tal y como se pensó desde un principio.La historia de este parque público se remonta a hace cinco años cuando, siendo alcalde de la ciudad Rafael de la Rosa, consiguió que los terrenos ganados al mar, situados entre la autopista y las murallas de la ciudad, pasaran al Ayuntamiento para que en ellos le creara el parque que la ciudad ambicionaba y que estaba enmarcado por el bello telón de fondo de la catedral, el palacio de la Almudaina y las viejas murallas. Pero la concesión a una empresa privada hace ahora tres años, fue un cúmulo de errores; errores que van a costar a la ciudad esos 130 millones de pesetas que se deberán abonar para el rescate total del parque. Esta cantidad queda desglosada en cuatro partes: una de 40 millones, en concepto de la obra realizada hasta hoy, otra de 50 millones por los aparcamientos subterráneos instalados y ya en funcionamiento, 25 millones de pesetas por los aparcamientos de superficie y los restantes 15 millones en concepto de la explotación de los bares.

Ahora, el Ayuntamiento de Palma se presenta con esta importante baza ante el anunciado Pleno municipal el próximo viernes día 18, cuyo principal tema era el buscar una solución definitiva para el citado parque. Este acuerdo, realizado pocos días antes del citado Pleno, permitirá al Ayuntamiento poder ofrecer definitivamente a la ciudad el conflicto parque por el que tanto se luchó y el que provocó una manifestación pública, pacífica, que recorrió las principales calles de la ciudad con este fin y en la que más de dos mil manifestantes gritaban «Parque, sí, parking no».

Desde entonces el pueblo de Palma no cejó en su lucha por recuperar algo que desde el principio era de la ciudad. Otro argumento de peso fue la actitud del pintor Joan Miró y del urbanista catalán, residente en los Estados Unidos Josep Lluis Sert, ya que el primero estaba dispuesto a crear un museo de arte contemporáneo con lo más representativo de su obra y donarlo a la ciudad de Palma, museo que sería construido por Sert -íntimo amigo del pintor- en los terrenos del citado parque. Ambos, cuando visitaron el Parque de Mar y ante el sesgo que estaban tomando las obras, convirtiendo aquel lugar privilegiado en un horrible aparcamiento de vehículos, manifestaron su repulsa e hicieron declaraciones públicas de que, mientras el parque fuera simplemente un aparcamiento, no moverían ni un solo dedo para convertir sus ofrecimientos en ese museo que, por agradecimiento hacia la ciudad que le acogió quería levantar Joan Miró.Ahora, mediante esos 130 millones de pesetas que tendrá que pagar el Ayuntamiento de Palma, el Parque de Mar vuelve a ser de la ciudad. Ha costado más de dos años de lucha, pero Palma tendrá el parque que siempre ambicionó.

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